Se cuenta que fue Yutaka Katayama, Jefe de Operaciones de Nissan en Estados Unidos (Nissan Motors USA), quien propuso a la central de Yokohama la creación de un deportivo con motor delantero que pudiera ganar cuota de mercado frente a los omnipresentes Chevrolet Corvette Stingray, Porsche 911, Jaguar E y Toyota 2000 GT [El 2000GT, el Ferrari japonés], y que a partir de esta sencilla sugerencia vio la luz en 1969 uno de esos coches que siempre están en la memoria de los aficionados, el Datsun Fairlady Z, que tuvo varias versiones mejoradas a partir de 1971.
Antes de meternos en harina, y por no llevarnos a equívoco puesto que Nissan sigue utilizando la letra Z en sus bestezuelas pardas, conviene recordar que Datsun fue marca de la multinacional japonesa desde 1932 hasta 1986, que es cuando pierde su identidad.
Bueno, la serie Fairlady de Datsun ya había ganado adeptos en Norteamérica, aunque no dejaban de ser biplazas convertibles de 1.500 y 1.600 centímetros cúbicos, de forma que la petición de Katayama san supuso una interesante vuelta de tuerca, ya que la matriz disponía de su propia alternativa en el segmento, el Nissan Skyline 2000 GT-R, que, por cierto, no cuajó como se esperaba entre el público estadounidense, seguramente por sus líneas exteriores poco agresivas.
Como decíamos antes, el Fairlady Z comenzó a salir de la cadena de montaje de Hiratsuka en 1969, pero al llegar a los USA —el bueno de Katayama mediante—, abandonó el «Fairlady» por ser considerado un nombre demasiado dulzón y se convirtió en el Datsun 240Z.
Y bien, el 240Z era un bicharraco de propulsión trasera diseñado a partir de un propulsor de seis cilindros en línea, 2.393 cc de capacidad y 161 caballos de potencia situado en posición adelantada. Bien plantado, ofreciendo buenas prestaciones, disponía de un marcado estilo europeo gracias a una carrocería que no desentonaba en absoluto ni con la de los Ferrari, ni las de los Jaguar y Toyota de la época, firmada por Yoshihiko Matsuo y el gran Graf Albrecht Goertz.
Fue recibido con entusiasmo, pero no al nivel esperado. El caso es que entre el 8 de abril de 1971 y el 12 de ese mismo mes, se celebró el East African Safari Rally en Kenia, y la victoria con doblete conseguida por la unidad dorsal 11 seguida por el 31, así como la séptima plaza en la general lograda por el número 12, supuso la alfombra roja para el 240Z y su reposicionamiento como uno de los vehículos más demandados en Estados Unidos durante ese año y los inmediatamente siguientes.
Obviamente, el modelito de hoy corresponde a ese hito. Edgar Herrmann al volante y Hans Schüller como copiloto. Triunfo en una de las pruebas más duras del calendario del Mundial de Rallies, todo ello a escala 1/43 dentro del catálogo de IXO, que se comercializó en España en modalidad coleccionable bajo el sello Altaya.
Como anécdota, decir que cuentan, también, que tanto la denominación «Fairlady» como el empeño en mantenerla incluso en USA, se debió a un ejecutivo enamorado de la película My Fair Lady, protagonizada por Rex Harrison y Audrey Hepburn en 1964. Desde luego, bonito era un rato.
Os leo.
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