Soñé con convertirme de mayor en un viejo armario ropero sin llave, la pata coja de un banco o el cajón de un secreter que no desliza bien, incluso llegué a barajar ser Simbad, Armstrong o Cousteau. No imaginaba que iba a acabar siendo chatarra espacial en órbita...
Quería llegar aquí, con eso basta. También basta con que estoy amortizado de sobra y de momento continúo divirtiéndome escribiendo sobre nuestro deporte y todo lo que tenga que ver con él, o no. Los paneles solares siguen funcionando, queda oxígeno y hay combustible para una, dos o tres operaciones de emergencia; son 6.000 con ésta desde aquel lejano 3 de agosto de 2007 en que escribí la primera.
Vosotros me entendéis y yo os leo, sigo pensando que es un buen trato, así que aceptad que os dedique hoy este texto y espere de vuestra comprensión e infinita paciencia, que sea lo que sea lo que nos depare el futuro a partir de ahora, siempre nos quede la sensación de que tenemos todo nuestro pasado por delante, seguramente, porque nos lo hemos ganado y la vida nos debía una.
Os leo
1 comentario:
Recien descubierto, ¡lástima lo que me he perdido!
Mis felicitaciones por estas maravillosas perlas.
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