El martirio de San Sebastian

Silverstone a 2 de agosto de 2020. Otro desastre más, y van...

Os tengo dicho que cuando hagáis esbozos de conspiraciones toméis el asunto con un mínimo de respeto, no es tarea fácil. Una conspiración mal tirada te estalla en las manos cuando menos lo esperas, y el caso es que tenemos una bien argumentada hasta anteayer, que nos contaba que en 2014 Sebastian se mantuvo muy por debajo de su rendimiento real para forzar una supuesta cláusula de su contrato que le permitiría abandonar Milton Keynes sin sentarse a negociar. No han faltado sabios, gurúes y expertos con tropecientos mil años en esto a sus espaldas, que no se hayan agarrado a ella, el último, que recuerde, ha sido Martin Brundle, y recientemente. Aquí mismo, en Nürbu, tampoco nos hemos librado de que nos repitieran que 2014 no contaba...

El caso es que los mismos que han participado de esta opereta idiota y la han promocionado ad nauseam, andan ahora buscando tres pies al gato intentando encalomarle a Ferrari la responsabilidad de que el tetracampeón del mundo sea una caricatura de sí mismo. 2014 no cuenta, pero esta vez por razones opuestas a las esgrimidas hasta estos instantes, ya que el astro alemán lo intenta pero su coche no llega y... bueno, donde no hay no se puede sacar, o eso dicen.

Para mí 2014 siempre ha contado. Edulcorar que Sebastian no pudo con Daniel en base a un truco de listillo le ha acabado saliendo caro al de Heppenheim. Hoy hay que ser rematadamente cortito para insistir en comprar que Ricciardo no pasó la garlopa a Vettel en su último año en Red Bull y que no fue ésa la causa que lo llevó a marchar a Maranello. Mientras Arrivabene ataba en corto a Kimi todo fue bien, pero la llegada de Leclerc ha supuesto el enésimo martirio de nuestro héroe de plastilina. Cuatro títulos son más que dos, que tres, pero no pueden ocultar la realidad de un piloto que no sabe adaptarse a las inclemencias, que se ahoga en un vaso de agua, que no sabe nadar contracorriente ni enfrentarse a noveles con hambre de sobresalir sin necesitar un pepino; en definitiva: que sin coche comodón no es nada más allá del brillo de sus coronas.

Mi padre habría cumplido hoy 99 años. Obviamente no ha vivido para festejarlo con nosotros, porque de haber sido así no estaría echando unas líneas sobre un tío gastado que no da ni para víctima de líos, enredos y traiciones. ¿Racing Point? Sigo sin verlo, y disculpadme. La sola idea de que Lance Stroll pudiera pasarle por la piedra en 2021 debería servir a Sebastian para dejarlo del todo a finales de 2020. Pura cautela, la previsión sería un tres de tres, y con los avisos de Ricciardo y Leclerc ni yo después de una noche de farra me arriesgaría a jugar con tanto fuego.

Os leo.