domingo, 27 de octubre de 2024

Only your eyes!


A ver, a pesar de que podría os voy a ahorrar la lectura funesta de lo que ha hecho FOM con el Gran Premio de Mexico City, espero haberlo escrito bien, y diré que al diablo se le ocurre centrar el foco en los dimes y diretes entre Max y Lando cuando el español Carlos Sáinz nos ha regalado una obra maestra en tierras mexicanas, construyendo la carrera y definiéndola con escuadra, cartabón, rotring fino y bigotera.

No consumimos citas sino formatos de la realidad que nos sirven por la tele, incluso a través de las pantallas en el propio Hermanos Rodríguez, que hacen sentir, a los que han pagado una morterada por una experiencia exclusiva, que viven un momento único que, sin embargo, está siendo pavoneado a todo el mundo, sin distinciones.

Cada vez que hablo de estas cosas recuerdo al bueno de Álex. Lo invitaron a un acto sólo para especialistas del ramo, y el hombre no tuvo mejor ocurrencia que publicar en redes sociales Only your eyes! cuando el evento estaba siendo retransmitido en abierto...

¿Qué sería de nosotros si FOM se hubiese centrado hace una hora en lo realmente importante? ¡Carlos muy por delante de Charles, en todos los aspectos! ¡Vasseur atrapado en sus propias contradicciones de liliputiense al mando de la Invencible...! 

Pero no, FOM busca el espectáculo en la confrontación para fomentar el debate posterior, y así no hay manera. Max excesivamente rocoso para mi gusto y Lando en su línea de párvulo al que le faltan algunos hervores, y al que le han sobrado minutos de exposición pública, porque, ni aunque quiera está para dar réplica a un Verstappen en horas bajas pero peleón; y entre tanto demonio nos hemos perdido a Carlos y sus evoluciones en la pista mexicana, que a lo mejor nos lo arregla Netflix en su resumen anual.

Si ya suponía delito de lesa majestad haber convertido Spa-Francorchamps en una cita insufrible, lo que ha hecho Liberty con el Gran Premio de Mexico City, sigo esperando haberlo escrito bien, es una canallada. Ni el trazado ni los espectadores merecían un final tan ramplón, aunque yo no escribo la historia, me limito a opinar sobre lo que he sufrido.

Os leo.

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