Disfrutemos mientras podamos y procuremos no pasarnos de quejicas. Carlos está fuera de Ferrari, y, como le sucede a Lewis en Mercedes AMG, sus opciones este año se acercan a cero.
Bueno, el español lo está llevando mejor que el británico, tanto dentro como fuera de la pista, y en La Scuderia parece haber más luces que en la de Brackley; además, Sáinz nos está saliendo bastante más profesional que Hamilton, pero ¡ya! Como decía al comienzo: el madrileño no cuenta.
Por imperativos que deberíamos entender fácilmente, con la noticia tempranera de su salida de Maranello, en ninguna cabeza cabe que nuestro compatriota tenga acceso a las evoluciones buenas del SF-24 o al material de 2025, o que con un Charles enchufado —por fín—, pueda gozar de algún tipo de opción de aquí a que termine todo en Abu Dhabi.
El guión es el que es y no va a cambiar una coma por mucho que alguno lance jaculatorias al cielo. Queda disfrutar, verbo bastante desacreditado en la actualidad, y hacerlo de la forma más sana posible. Leclerc ha vuelto, en Mónaco se ha mostrado en auténtico estado de gracia, fue el mejor el fin de semana y merecía ganar, así que no arruinemos una bonita historia llenándola de peros o y si.
Os leo.
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