¡Claro que voy con Kevin!, no tengo inconveniente en reconocerlo, el danés es de lo poquito que nos queda de los viejos tiempos y, además, es guarrete old school y poco o nada ventajista, al estilo Ocon o Hamilton, en apariencia deportistas pero feroces competidores sólo si la FIA o el equipo hacen que están mirando para otro lado. Magnussen es bastante demócrata con esto y desde luego más honesto, como Juancho Montoya, que repartía igual arriba que abajo o a los lados.
En las carreras puedes ser un Ralf Schumacher o un Montoya, ya que lo hemos mencionado, lo que pasa es que han llenado la cabeza de grillos a la chavalería y ahora, sus dignísimos representantes en redes sociales, mientras reviven Rush en bucle por lo del apasionamiento, prefieren discutir sobre el Código Deportivo, el VAR, o si ha sido amarilla o roja directa, porque no saben ni a quién han homenajeado el pasado miércoles.
Hasta en la película Ferrari Enzo se lo explicaba meridiano a De Portago: Behra no va a frenar porque si piensas en el rival, en tu integridad o en la del coche, pierdes...
Que se lo hagan mirar un poco, o, si hace el caso, que echen una miradita a las últimas vueltas del Gran Premio de Hungría 2006 y vean cómo se revuelve Michael Schumacher contra De la Rosa. El español y el alemán luchaban por el tercer cajón del podio, uno compitiendo limpio y el otro totalmente desatado...
¿Qué queréis que os diga?, independientemente de que unos me caigan mejor que otros, a este tipo de pilotos los adoro porque me reconcilian con el pasado. Luego me ciscaré en sus muertos si me pisan el pie, pero si se lo pisan a Hamilton con los comisarios mirando con lupa, me arrodillo y me quito la gorra como hizo Lauda ante Alonso en Monza.
La vida mejor con azúcar, pero si hay que tirar de edulcorante, al menos elijamos la mejor sacarina y no la porquería que nos están vendiendo.
Os leo.
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