lunes, 9 de octubre de 2023

La burbuja


Wolff no viajó a Japón ni ha estado en Qatar, pero no seáis malpensados, no ha tenido tiempo de felicitar a Red Bull y Max Verstappen porque haya preferido hacerse el orejas ante las incontestables victorias del equipo austriaco y su piloto holandés, más bien se ha debido a la operación de rodilla a la que se sometió recientemente y al postoperatorio correspondiente, que se ha alargado más de lo debido. Netflix nos lo contará con pelos y señales en la siguiente entrega de Drive to Survive, no seáis ansiosos...

Toto es un racer, sabe perfectamente en qué consiste el Fair Play y cómo hay que cuidar las formas en el negocio, la Trade Mark de la Fórmula 1 vive de la apariencia y explota esa vitola hasta la náusea. No, al marido de Susie no se le ocurriría parecer un chiquillo ante los éxitos del rival por muy amargos que hayan sido de encajar. Se viste por los pies, es un individuo maduro, hecho y derecho, que se decía no hace tanto. Ni se le ocurriría afear al enemigo jugando al escondite, quitároslo de la cabeza.

Bien es verdad que, al paso que va, Max habrá aniquilado en un santiamén la aureola que rodea actualmente a Lewis Hamilton. Más carreras por temporada, las Sprint, más puntos a cosechar en el mismo intervalo de tiempo. De seguir así, repito, el hijo de Jos dejará atrás los números del GOAT; pero el juego es como es y la nobleza deportiva aconseja encajar adecuadamente cada cambio de viento. Unas veces se gana y otras se pierde, y ¡qué carajo!, ¡en la F1 se holdea con cojones!, y nadie llora porque la burbujita especulativa que se ha montado haya hecho ¡plaf!, básicamente porque ya se viene llorado de casa.

Os leo.

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