viernes, 6 de octubre de 2023

Mientras dormís


Soy muy básico para demasiadas cosas. Hago míos a quienes son amados por aquellos a quien amo, por ejemplo, y los enemigos de mis enemigos serán siempre mis amigos, de manera que huelga deciros que estoy disfrutando como un enano de Moria con el tercer despertar de Max Verstappen sobre el catecismo británico, básicamente porque hay algo profundamente reivindicativo en el suceso.

Las carreras se disputan el domingo pero los tipos que están hechos de otra pasta las trabajan desde el mismo sábado —viernes en este caso—, y a pesar de que los números del holandés le den para echarse una siesta hasta Abu Dhabi, despertar en Yas Marina y alzarse con el título, el yerno de Nelson Piquet nos ha vuelto a regalar una lección de Fórmula 1 Old School en Losail: sin moñadas ni gilipolleces, puede hacerlo y lo hace porque quizá mañana sea tarde. Admiro a este tipo de criaturas, también porque llegado el caso siempre tendré tiempo para ciscarme en sus muertos.

Os leo.

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