A pesar de las evidentes variaciones sobre el modelo que presentó la decoración para este año, que, de momento, ha pulverizado Rusia con su intervención en Ucrania, el Haas VF-22 se aparta poquísimo del original by FIA'22, lo que propone un monoplaza con espíritu ramploncete, enfocado a resistir durante la temporada frente a dos plataformas que han tomado riesgos (Alfa Romeo y Williams) y, seguramente, dejarán a la de Kannapolis como firme candidata a ocupar, de nuevo, la última plaza de la parrilla.
Las enormes posibilidades del alerón delantero se han reducido a un conjunto que busca producir la mayor downforce posible para evitar que la nariz se vaya y facilitar que el aire sortee sin dificultad los neumáticos delanteros.
Por no aburrirnos diré que el VF-22 no ha buscado complicarse la vida explorando las bendiciones del efecto suelo y ha depositado su confianza en el trabajo de las alas anterior y posterior y, por supuesto, en la unidad de potencia de Maranello. ¿Será suficiente...?
Diría que no visto el currele de Hinwil y Grove con sus respectivos cacharros, lo que nos pone en que Haas puede haberse tomado 2022 como un año sabático mientras espera a poder comprar las soluciones que funcionen en Ferrari y Alfa Romeo. En todo caso, habrá que verlo, que decía aquél.
Os leo.
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