Esperando que llueva café

Hace tiempo que no menciono el coronavirus y que, en la medida de mis posibilidades, procuro indagar poco sobre cómo lleva Liberty lo de estrenar temporada en julio, porque era echar la mañana entre empaparse de qué manera evolucionan otros campeonatos, qué medidas se van tomando y en qué situación se encuentran los países anfitriones (o los estados USA, en el caso de la Indy), a cuenta de la coño pandemia.

Lo cierto es que me quedé de un aire con el exigente plan de contingencia elaborado por el FOM [Test de coronavirus cada dos días para el personal de F1], porque como los que den positivo sean un par de pilotos de las escuderías punteras vamos a acabar riéndonos de lo lindo...

Disculpadme el chiste grueso, pero es que tengo la sensación de que la prisa por iniciar como sea ha tomado las riendas de la situación y, honestamente, no me parecen maneras. Imaginemos por un momento que son Max y Alexander los que dan positivo, o Lewis y Valtteri, o Lewis y Sebastian. ¡Amos, no jorobemos!, que una cosa es pensar que le puede tocar a un mecánico o a un integrante del staff de un equipo, y otra bien distinta, que por mor de los benditos test le toque la china a una estrella del espectáculo.

Desde luego sería muy mala pata, pero con la que está cayendo no es descartable, que es a lo que vamos. El hombre propone, Dios dispone y la fortuna tira los dados, y por mucho que nos digan, con esto estamos jugando y no sé bien si a la ruleta rusa. Entretanto, Monza se prepara para celebrar el Gran Premio de Italia a puerta cerrada, y no, no soy capaz de imaginármelo...

Os leo.