Y Dios creó Youtube

Hoy he pasado un día bastante espeso y mañana no pinta mejor, así que aunque no tenía pensado meterme en este jardín voy a echar el ratito limpiando malas hierbas tras leer la magnífica reflexión de mi compañero Marcos Fernández [Las diferentes varas de medir], y comprobar que los mayores detractores de la futbolización de la Fórmula 1 son los que muestran mayor empeño en discutir cada lance de carrera como si fuese una jugada de fútbol... siempre y cuando el involucrado sea un español.

No me voy a andar con demasiadas vainas en este asunto. Lo dije ayer en Twitter y lo repito donde haga falta: Carlos es el responsable del encontronazo con Stroll, pero Lance es el culpable de no haberlo evitado ya que poder, podía perfectamente. 

Luego está la porquería de reglamento que tenemos, que parece más enfocado a que los pilotos se comporten como bailarines en vez de como conductores de la máxima disciplina del motorsport, y lo cierto es que con él en la mano, Sáinz es el culpable y por eso se le sanciona con una inusual contundencia que por ejemplo, no se usó para poner tibio a Vettel en Spa del año pasado...

Menciono al alemán y no recuerdo su salida en China, porque para mí todo estos son lances de carrera, cosas habituales entre pilotos que no sé quién tuvo la ocurrencia de puntualizar al milímetro, para venirnos este año con que se iba a ser más laxo en su valoración cuando a la mínima oportunidad se cargan las tintas... sobre los de siempre.

Lo del personal y sus elucubraciones futboleras es para hacérselo mirar y ahí no voy a entrar, sólo espero y deseo que ese bastión de impericia que se apellida Stroll aproveche sus primeros kilómetros en Fórmula 1 para aprender y no para viciarse, porque como él siga así y la FIA continúe así con él, es muy capaz de desgraciar a un compañero.

Había espacio en la curva 1 de Sakhir —para más bemoles se llama Schumacher en honor a Michael, no sé si pilláis la paradoja—, y Lance no lo usó porque pretendía cerrar a Carlos. Es decir, el canadiense mostró intención de cerrar el paso al madrileño, tampoco pasa nada porque lo digamos, ¿no?

Total, que entre que Sáinz seguramente pensó que Stroll sería permisivo y éste, seguramente también, quiso enseñar los dientes, ambos chocan a pesar de que las banderas azules les avisaban de que se anduviesen con precuación.

Un lance, toda la puñetera vida se ha llamado lance de carrera a una situación en la cual, el exceso de confianza o la falta de experiencia, o ambas a la vez, originan un accidente que nadie tiene previsto porque, en pista, del primero al último quiere correr y ver la bandera a cuadros.

Pero como nos aburríamos, en el octavo día de la creación Dios creó Youtube, la moviola y Twitter, en vez de mandar a Charlie Whiting a separar las aguas del Mississippi o el Amazonas, y a partir de ahí se lía bien liada porque aparecieron los futboleros con sus manuales de buenas formas y pasión ante todo.

El resto lo conocéis, o lo conoceréis, porque mañana, por desgracia, seguro que hay más a cuenta de todo esto.

Os leo.