Folclore

Dice nuestra Real Academia de la lengua Española que folclore es un conjunto de costumbres, creencias, artesanías, canciones, y otras cosas semejantes de carácter tradicional y popular. 

Bien, aceptando que Bernie ha durado lo suficiente en Fórmula 1 como para que haya cosas en su seno que pueden ser consideradas tradicionales y populares, sobre todo para lo setentones que gastan Rolex y alguno más, a poco que cambiemos el sentido de algunas palabras de la definición sin irnos de su significado, tenemos que la Bruja de Blancanieves ha dejado a los nuevos dueños una versión chunga y anglosajona de La Feria de Abril.

La buena, la auténtica, comenzará en Sevilla este próximo fin de semana, aunque a nosotros nos queda la otra, el legado del tipo más trapichero que ha parido madre. De forma que no debe resultarnos extraño que la alegría inunde nuestras calles, ni mucho menos que de febrero aquí, a Honda le haya caído lo que no está escrito por no saber aceptar ayudas, que anteayer supiésemos que Hasegawa afirmaba que la japonesa contaba con apoyos externos, que ayer se barajaba la posibilidad de que Liberty podía echar una mano a la nipona y que hoy, como remate, hemos conocido que Mercedes-Benz quiere intervenir pero se opone Red Bull...

Vuelvo con lo de Honda... Insisto en lo de Honda porque no deja de ser un síntoma de cómo a pesar de que los tiempos han cambiado radicalmente de finales de enero aquí, hay quien prefiere seguir con las viejas rutinas, tal vez porque son cómodas y siguen siendo rentables, aunque pienso que esto es lo que precisamente querían erradicar los americanos cuando quitaron de en medio a Bernie.

La vieja cultura de la FIA, que decía Ari Vatanen cuando cedió la rodilla ante Jaen Todt. Los viejos usos y costumbres. El bulo como baldón y el «if» como argumento.

Flaco favor haremos a la nueva etapa que se abre ante nosotros de la mano de los yankies si los medios de comunicación no entienden que toca comenzar a ser un poquito más serios con la información, en la opinión y en la crítica y la alabanza. La Indy 500 nos está haciendo pupa porque ha desvelado de qué pie cojeamos. Bernie no lo habría consentido, Dennis se habría opuesto...

Esto lo teníamos a huevo. El Gran Premio de Europa en Bakú surgió de la nada para solapar las 24 Horas de Le Mans 2016 e impedir que otros pilotos siguieran el camino de Nico Hulkenberg. El folclore de la Fórmula 1 sobreviviendo a base de zancadillas, no hay más.

Pero si queremos crecer y ayudar a quienes nos impulsan hay que cambiar de perspectiva. Gracias a Dios tenemos por ahí a Paco de Lucía batiéndose el cuero con Chick Corea, a José Mercé, a Camarón o al Cigala, entre muchos, cada uno en su arcoiris, mestizando el flamenco sin miedo a las consecuencias. Lo típico no tiene por qué quedarse en tópico.

Bernie se ha ido pero se ve que no basta.

Hay que olvidarle a él. Olvidar las viejas costumbres, el «if» y el «of». Olvidar la vieja cultura del primero lo suelto y luego ya veremos; olvidar lo que fuimos para empezar a soñar con ser distintos y a la vez iguales a los que no tienen miedo a las comparaciones. Así seremos Fórmula 1 y permaneceremos sin abriles de castañuelas británicas y telediario. Abriles enraizados, duros, sólidos, sin complejos. Abriles propios, no prestados.

Os leo.