El futuro de Carlos

Esto no es una profecía ni un pronóstico ni un análisis, y lo digo, más que nada, por si acierto. Y es que a estas alturas de la película podría ser —en este mundo todo es posible, y en Fórmula 1 todavía más—, aunque dudo mucho que Carlos Sáinz termine en Mercedes AMG. Y no por su calidad como piloto, ni siquiera por su perfil profesional, sino porque su acumulación de experiencia se ha labrado con unidades de potencia Renault y Ferrari y en una plataforma sensiblemente inferior (Toro Rosso).

Por muchas vueltas que le demos al asunto de marras, Brackley busca un piloto desarrollador que se integre en el esquema de trabajo lo más rápido posible, con la intención de suplir con garantías el hueco que ha dejado libre Nico Rosberg, y ahí, asumámoslo, si Lewis no encaja, el madrileño menos.

En todo caso, y puesto que esta entrada va sobre Carlos, voy a repetir, para enmarcarla adecuadamente, lo que he dejado escrito muchas veces este año: el cambio de normativa en 2017 es tran drástico que habría que ser un auténtico futurólogo (léase con mala leche, con mucha mala leche) para discernir qué equipo resultaría el más apropiado para Sáinz de cara a 2017.

Aceptando que Toro Rosso no es el lugar ideal —¡venga, no pasa nada por admitirlo—, de los malos sitios es el mejor, o al menos lo parece, que ni tan mal, ¿no?

Por detrás no hay territorio que explorar: Manor está en venta, en semiventa o en trapicheo económico, así que no. Sauber pasa apuros y necesita tela, un dinero que Sáinz no podría llevar ni en el caso de que no estuviese atado a la estructura de Red Bull. Haas se ha quedado en que Gene fue socio de Paul Newman aunque a quien le corresponde tal honor es a Carl... en fin, yo lo descartaría, fundamentalmente porque el equipo empezó a pedir tiempo muerto en septiembre de este año. Renault no se lo recomendaría ni a mi peor enemigo, y no me preguntéis por qué, aunque os podría contestar que debido a los tradicionales cambios de humor motorístico de don Carlos Ghosn.

Y por delante la cosa no está mejor. Force India permanece cerrada a cal y canto con Checo Pérez y Esteban Ocon ya atados. Williams en un sí es no es, vamos, que como suelte a Bottas se va a encontrar como Mercedes AMG pero celebrando el 40 aniversario de la escudería entre sudores fríos, pañales para Lance y dolores de cabeza. No, tampoco veo a Carlos en la de Grove, aunque en este caso hay que admitir que habría posibilidades en el caso de que Valtteri acabara vistiendo de gris Brackley y verde Petronas. 

El resto es inaccesible. Así, tal cual.

McLaren a lo suyo. Ferrari inasequible al desaliento. Mercedes AMG rezando para que no haya más destrozos. Y Red Bull, bebiendo champán todavía y paladeando a un Max Verstappen que disfruta de un cockpit que tal vez se merecía más Carletes, pero que ocupa el holandés porque en Holanda no hay tanto idiota por centímetro cuadrado como en España, y allí se apoya lo de uno sin pensar en equidistancias ni en patanegrismo aficionado, y claro está, al final, una multinacional holandesa pone lo que hay que poner para que una estrella suya luzca en el firmamento, nos gana la mano, y nosotros nos quedamos pensando en qué ha pasado y en lo que podría pasar...

Jodido mundo, puta Fórmula 1. Pero aguantaremos con Carlos en Faenza lo que haga falta. No es el mejor sitio, pero no es un mal lugar porque los hay mucho peores.

Os leo.