La apuesta de Haas para este año supone un pasapalabra de libro, cosa que no debería pillarnos por sorpresa ya que la propia escudería avisó, a comienzos de febrero, que se centraba en el coche de 2022 abandonando el desarrollo del actual proyecto.
Bueno, dicho así suena hasta enternecedor, pero con un cambio normativo como el propuesto esta temporada, me da que la anglo-norteamericana va a perder mucho terreno porque el VF-20 de 2020 no andaba para muchas fiestas en términos de evolución y ya sabemos que, en Fórmula 1, todo lo que no sea avanzar significa retroceder, en este caso hasta 2019. En fin, Nikita Mazepin y Mick Schumacher merecían un estreno algo mejor, pero la pasta manda y nuestra actividad no está para demasiados fletes... Otra vez será.
Os leo.
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