Frenesí [Haas]

Jorge llama Los Hermanos Macana a Romain y Kevin y con tomándole prestado el calificativo bastaría para dar zanjada esta entrada sobre Haas. Ambos viven la Fórmula 1 de una manera setentera totalmente desfasada, de forma que si no se meten en un lío lo buscan, y si por la razón que sea no quedan a gusto se lían a boinazos entre ellos, como en el pasado Gran Premio de España.

Es evidente que así no se va a ninguna parte ya que el balde de oportunidades perdidas y puntos desperdiciados anda a rebosar. Pero bueno, Steiner está la mar de contento con el cuadro y Magnussen y Grosjean no dan señales de querer cambiar, lo que nos pone en que su rocamóvil, el VF-19, es un monoplaza bastante desaprovechado que se acerca inevitablemente al andén por donde pasará el último tren del verano.

Haas sufre de escasez económica. La entrada de Richy Energy como patrocinador principal debería haber dado alas al invento, el apoyo de Maranello también, pero con cinco carreras culminadas la de Kannapolis tan sólo acumula 15 puntos y esto apunta a que el nivel de indolencia gastado hasta el momento empezará a pasar factura a partir de julio, cuando haya que decidir si se progresa con el coche de esta temporada o se le da carpetazo para empezar a pensar en el de la siguiente.

En realidad el mal es doble. El monoplaza parece un Ferrari aunque sin manual de instrucciones, lo que origina cierta inestabilidad dinámica y un serio problema con el uso de las gomas, pero si la pareja de pilotos oficiales no está a lo que hay que estar, ni en carrera ni en entrenamientos, lo normal es que el VF-19 vaya dejando atrás todas sus bendiciones para convertirse más pronto que tarde en un hierro inconducible, algo molesto a la hora de hacer caja al final del calendario, pero muy al gusto de Los Hermanos Macana y su direct responsable deportivo, porque se crecen en las adversidades y allí encuentran todo tipo de justificaciones. 

Los Panchos cantaban Frenesí, seguramente la mejor banda sonora para esta película sobre la cerrazón humana y los males del cagalla et no enmedalla. Y disculpadme esto último porque tengo muy oxidado el latín y me da una pereza tremenda recurrir al Google Translator.

Os leo.