El desagradable momento vivido en Azerbaiyán por Sebastian Vettel y Lewis Hamilton, puso de relieve hasta qué punto la permisividad federativa continúa produciendo monstruos. Escribía estas líneas para MotorPoint sin que supiésemos todavía que las autoridades habían decidido sancionar de manera laxa el incidente por el bien del espectáculo, como si esta circunstancia sirviera para atenuar lo que dice el Reglamento Deportivo. Pasen y lean...
Si la desmemoria sirviese para algo podríamos tomarnos en serio la cantidad de argumentos que han surgido estos días con la intención de suavizar lo sucedido entre Lewis Hamilton y Sebastian Vettel en el trazado de Bakú.
Por suerte para todos, la desmemoria sirve de muy poco cuando existen numerosos antecedentes del habitual comportamiento infantil de los dos protagonistas, de la manga ancha con que la FIA ha tolerado sus travesuras, y lo más importante, cuando tenemos a mano un reglamento deportivo que nos permite contextualizar adecuadamente por qué ambas acciones (fueron dos) debieron ser penalizadas sin ningún tipo de contemplaciones.
El circuito azerí tiene la peculiaridad de suponer en algunas de sus partes un recorrido con abundantes zonas ciegas en las que, además, no hay escapatoria posible porque sus lindes se dibujan a base de paneles de hormigón.
El Art. 39.5 del Reglamento deportivo es meridianamente claro: No se puede conducir de forma innecesariamente lenta, errática o potencialmente peligrosa mientras está desplegado el Coche de Seguridad.
De manera que, independientemente de si Hamilton está acostumbrado a reducir la velocidad antes de las relanzadas, de si el rango de circulación era relativamente lento, de si el británico iba en cabeza y tiene derecho a imponer el ritmo, o de si en similares circunstancias nunca ha sido penalizado, en Bakú su actitud fue profundamente negligente porque puso en riesgo a la parrilla, tanto que Vettel impacta con él.
Es importante este punto porque la sanción posterior al alemán no viene por circular demasiado cerca del británico ni por tener en apariencia la culpa del incidente. El accidente lo provoca Hamilton por reducir la velocidad de su W08 en una zona de baja visibilidad cuando todos los pilotos han sido avisados de que el Coche de Seguridad se retira, y eso, lo miremos como lo miremos, es conducir de forma potencialmente peligrosa.
El segundo suceso de la jornada surge del primero pero es totalmente diferente e infinitamente más claro, ya que por mucha frustración que suponga comerse la trasera de un rival, intimidarlo luego, avisarle de que te ha molestado golpeando sus ruedas hasta hacerle variar la trayectoria, independientemente de si la velocidad era baja o no existiese riesgo para los vehículos y sus pilotos, supone una actitud intolerable en un deportista de elite que debía haber sido sancionada inmediatamente.
Decía al inicio que desgraciadamente tenemos un bonito rosario de antecedentes de cómo Vettel y Hamilton disputan carreras como si lo hicieran solos. Pues bien, que la FIA no haya puesto remedio a esta situación en el pasado, ni siquiera en una situación tan clara como la que se dio el domingo durante la celebración del Gran Premio de Azerbaiyán, no implica que a Lewis y a Sebastian no se les deba explicar ya, que ni corren solos ni tienen bula para sortear el reglamento.
1 comentario:
El problema reside en que, todos lo sabemos y ambos lo saben mejor que nadie, que esa bula existe desde que están en fórmula 1. Cuando existen reglas y árbitros que las apliquen a su manera mala cosa es esa.
King Crimson
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