James Key es uno de nuestros más firmes valores en Fórmula 1 aunque milite en el bando de los ingenieros. Bajo su batuta se han creado los vehículos de Faenza a partir de 2012 y en verano de 2017 fue ratificado en su puesto como Director Técnico de Toro Rosso, lo que nos pone en que el desembarco de Honda en la italiana está siendo liderado por él.
Es importante tenerle en cuenta (más que de costumbre) porque ayer mismo conocíamos que abandonaba el equipo filial de Red Bull su jefe de aerodinámica, Brendan Gilhome, y por experiencia cercana —la salida de James Allison de Ferrari, sin ir más lejos—, sabemos de sobra que este tipo de situaciones podrían acarrear severos problemas si no son manejadas adecuadamente.
Independientemente de las razones que han llevado a Gilhome a abandonar Toro Rosso, desconocidas en el momento de escribir este texto, Faenza ha reaccionado inmediatamente ascendiendo a Ben Mallock, quien trabajará desde ya con Key codo con codo en el desarrollo completo del STR13, que como es de sobra conocido, será el primer coche de Faenza con unidad de potencia japonesa y en calidad de cliente preferencial, lo que no deja de ser un caramelo para ingenieros como el protagonista de esta entrada, habituados a trabajar con material de segunda y sacar astillas de bajos presupuestos y expectativas más o menos ramplonas.
Lo hemos venido diciendo desde que conocimos que Sakura y Woking se divorciaban en septiembre pasado, pero quizá convenga repetirlo: Milton Keynes ve con muy buenos ojos la nueva entente Toro Rosso-Honda y no es descabellado pensar que Mateschitz haya abierto la mano, en cuanto a presupuesto se refiere, con tal de hacer morder el polvo en 2018 a Renault y de rondón a McLaren.
No obstante, no hay que olvidar que las líneas maestras del STR13 se diseñaron pensando en un monoplaza empujado por una unidad de potencia de Viry-Châtillon y el cambio a otra diferente, la nipona, tuvo que trastocar todos los planes...
Soy consciente de que con esto me repito más que los pimientos, pero una modificación de planteamiento de este calibre no es como cambiar de habitación un armario de Ikea. No se trata de sustituir un volumen por otro, cada unidad de potencia tiene sus propias peculiaridad y curvas de rendimiento, y un chasis pensado para un determinado propulsor necesita de mucho bricolage para resultar adecuado con otro a sus espaldas. Aquí imagino que la gente de Faenza se ha dejado lo que no está escrito en resolver la cuadratura del círculo en un tiempo récord porque a tenor de lo que aflora de Toro Rosso, el coche estará listo en las fechas previstas.
Sea como fuere, el reto parece lo sumamente goloso como para pensar que el de Chelmsford ha puesto toda la carne en el asador porque se mire como se mire, no es lo mismo hacer un coche para sobrevivir en montonera que tener entre las manos una oportunidad como la que le ha brindado la participación de Honda con Toro Rosso.
Faenza es el cliente preferente de Sakura —ahorraros las sonrisas que a lo peor se os congelan— y el STR13 tiene la obligación de estar a la altura, no ya de pelear por las migajas de la zona media de la parrilla, sino de poder disputar el espacio natural de Force India y Renault Oficial Team si Enstone cumple los pronósticos de la prensa británica.
Obviamente desconozco qué sucederá a partir de finales de febrero o cuando nos pongamos en marcha en el Gran Premio de Australia, pero lo que sí tengo claro es que la llave de todo lo que ocurra la tiene Key antes de que la cojan Hartley y Gasly.
Os leo.
Es importante tenerle en cuenta (más que de costumbre) porque ayer mismo conocíamos que abandonaba el equipo filial de Red Bull su jefe de aerodinámica, Brendan Gilhome, y por experiencia cercana —la salida de James Allison de Ferrari, sin ir más lejos—, sabemos de sobra que este tipo de situaciones podrían acarrear severos problemas si no son manejadas adecuadamente.
Independientemente de las razones que han llevado a Gilhome a abandonar Toro Rosso, desconocidas en el momento de escribir este texto, Faenza ha reaccionado inmediatamente ascendiendo a Ben Mallock, quien trabajará desde ya con Key codo con codo en el desarrollo completo del STR13, que como es de sobra conocido, será el primer coche de Faenza con unidad de potencia japonesa y en calidad de cliente preferencial, lo que no deja de ser un caramelo para ingenieros como el protagonista de esta entrada, habituados a trabajar con material de segunda y sacar astillas de bajos presupuestos y expectativas más o menos ramplonas.
Lo hemos venido diciendo desde que conocimos que Sakura y Woking se divorciaban en septiembre pasado, pero quizá convenga repetirlo: Milton Keynes ve con muy buenos ojos la nueva entente Toro Rosso-Honda y no es descabellado pensar que Mateschitz haya abierto la mano, en cuanto a presupuesto se refiere, con tal de hacer morder el polvo en 2018 a Renault y de rondón a McLaren.
No obstante, no hay que olvidar que las líneas maestras del STR13 se diseñaron pensando en un monoplaza empujado por una unidad de potencia de Viry-Châtillon y el cambio a otra diferente, la nipona, tuvo que trastocar todos los planes...
Soy consciente de que con esto me repito más que los pimientos, pero una modificación de planteamiento de este calibre no es como cambiar de habitación un armario de Ikea. No se trata de sustituir un volumen por otro, cada unidad de potencia tiene sus propias peculiaridad y curvas de rendimiento, y un chasis pensado para un determinado propulsor necesita de mucho bricolage para resultar adecuado con otro a sus espaldas. Aquí imagino que la gente de Faenza se ha dejado lo que no está escrito en resolver la cuadratura del círculo en un tiempo récord porque a tenor de lo que aflora de Toro Rosso, el coche estará listo en las fechas previstas.
Sea como fuere, el reto parece lo sumamente goloso como para pensar que el de Chelmsford ha puesto toda la carne en el asador porque se mire como se mire, no es lo mismo hacer un coche para sobrevivir en montonera que tener entre las manos una oportunidad como la que le ha brindado la participación de Honda con Toro Rosso.
Faenza es el cliente preferente de Sakura —ahorraros las sonrisas que a lo peor se os congelan— y el STR13 tiene la obligación de estar a la altura, no ya de pelear por las migajas de la zona media de la parrilla, sino de poder disputar el espacio natural de Force India y Renault Oficial Team si Enstone cumple los pronósticos de la prensa británica.
Obviamente desconozco qué sucederá a partir de finales de febrero o cuando nos pongamos en marcha en el Gran Premio de Australia, pero lo que sí tengo claro es que la llave de todo lo que ocurra la tiene Key antes de que la cojan Hartley y Gasly.
Os leo.
2 comentarios:
Esta temporada es de suma importancia para Red Bull, porque Toro Rosso le va a hacer el trabajo sucio durante un año. El señor Key ya ha demostrado que esta para empresas mayores. No entiendo como no está ya en Williams. Me gustaria verlo al lado de Lowe.
Buenas noches, Enrique ;)
Me extrañó que no tuviera ofertas (conocidas) cuando renovó con Toro Rosso, pero viendo por dónde van los tiros de la parrilla hasta 2020, entiendo que siguiera en Faenza. Es bueno en lo suyo y un año bueno o dos, serían suficientes como para pasar a Red Bull o Aston Martin o como se llame Milton Keynes a partir de 2021... creo que por ahí van sus tiros ;)
Un abrazote
Jose
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