A ver, a ver a ver...

El mundo rebosa traductores de la realidad que en su mayoría, se limitan a seguir como borregos a otros traductores que a su vez, consiguieron su titulación en una tómbola sin llegar a asimilar que la traducción en sí, es un arte que consiste en lastimar el original con sumo cuidado y si la ocasión requiere irreparables destrozos, minimizando siempre los daños.

No bromeo. Me he pasado media vida profesional entre traducciones y debo decir con orgullo que los que tradujeron mi obra al euskera, por ejemplo, lo hicieron sabiendo qué llevaban entre manos. 

Estoy contento con el resultado, qué os voy a contar, aunque como venía diciendo, conozco demasiado bien el asunto de las traducciones como para que no me produzcan cierta reserva, ya que he visto en primera línea de fuego el infinito cariño que pone una multinacional en las traducciones de su producto con tal de que estas no se vayan de páginas o el texto de cada una de ellas siga correspondiendo a la viñeta adyacente, o cómo la administración es capaz de imponer un criterio normalizador (sic) por el cual, es preferible traducir una traducción de una obra originalmente escrita en el idioma al que se volcará, que respetar ésta, cuestión que en mi infinita ingenuidad siempre me ha parecido lo más lógico y respetuoso.

En fin, retomando el hilo. Esta mañana me las he tenido que ver en mitad de un fregado en el que se afirmaba con rotundidad que Fernando Alonso siempre que ha cambiado de escudería lo ha hecho a peor, porque así lo dijeron ayer noche varios participantes en un programa de esos que no ve nadie, pero al final ve todo quisque menos yo.

Dios me libre de pretender llevar la contraria a los pastores de la grey formulística, pero dispongo del original y este me dice que anoche en El Chiringuito, se faltó a la verdad porque la traducción que les habían suministrado estaba sencillamente mal realizada.

Alonso comienza a correr con Minardi en 2001 y pasa a Renault la temporada siguiente aunque como piloto probador. Los resultados posteriores, dos coronas mundiales y un montón de victorias entre las que estuvo retirar a Schumacher, no parece que amparen la idea de que este fue un cambio a peor.

A finales de 2006 el de Oviedo abandona Renault y firma por McLaren, y a pesar de los resultados obtenido en Woking, la de Enstone pasó de ser campeona del mundo a firmar 2007 en tercera posición con una porquería de vehículo, el R27, que podría haber sido cuarta de no haber concurrido la circunstancia de la descalificación de McLaren en el Mundial de Constructores. No, éste tampoco parece un mal cambio.

El retorno a Renault sí resultaría un traspiés que nadie en su sano juicio podría negar. Y a pesar de que hubo severas circunstancias que justificaron el retroceso, hay que aceptarlo y así lo hago.

Ahora bien, el salto de Renault a Ferrari en 2010 volvió a ser un cambio a mejor, ¡no me jodas!, porque si en 2009 el asturiano conseguía tan solo 26 puntos, unos meses después lograba 252 y el primero de sus tres subcampeonatos con la rossa...

Queda por ver cómo resulta el nuevo salto a McLaren aunque parece que va para largo —mis contactos lo fían a Hungría si Dios quiere—. La temporada es larga y en lo que al asturiano se refiere, sólo ha corrido un cachito de Gran Premio ya que no participó en Australia. Llevamos tan solo dos pruebas y aunque esta mañana durante el café, he tenido que defenderme sin el original en la mano, pienso que de estas cosas, de hacer bien las traducciones, se deberían encargar los que se llaman profesionales porque entre sus múltiples funciones, también se encuentra la de ser didácticos además de estar bien informados y no faltar a la verdad.

Os leo.