domingo, 22 de marzo de 2015

Una de motores


La guerra de los motores se ha desatado y como es costumbre en nuestro bendito deporte, a la hora de acercarse al asunto encontramos más ruido que nueces.

La FIA proponía a los equipos hace unos días, que para el Gran Premio de China a más tardar, se instale en los vehículos un sensor suplementario que certifique que la medición del caudalímetro oficial no ha sido burlada en el trayecto existente entre este y los inyectores del motor térmico, lo que en nuestro argot significaría ni más ni menos, que hay firmes sospechas de que algún equipo lo está haciendo.

En principio yo diría que no es ilegal. Siempre y cuando se respete el límite de combustible establecido para toda la carrera y el que marca como tope el caudalímetro (100 kg. y 100 kg/h. respectivamente), cualquier ardid que facilite que el caldo llegue a mayor presión a los inyectores, entra dentro de lo razonable y esperado.

Otra cosa bien distinta, es que la FIA no lo vea con buenos ojos y haya decidido meter mano porque de consentirlo, se derivaría un feo desencuadre que afectaría al equilibrio de la parrilla y sus integrantes.

Ya digo que yo no me llevaría las manos a la cabeza. Hay pocos equipos y la cosa ya está bastante desequilibrada como para andarse con tonterías, y me explico.

Tras la caída de Caterham y dando como bueno que Manor (Marussia) será capaz de competir si no en Sepang sí en Shanghai, tenemos en la actualidad tan solo 10 escuderías para este Mundial, que se reparten en cuanto a fabricantes de unidades de potencia de la siguiente manera: Honda 1 (McLaren); Renault 2 (Red Bull y Toro Rosso); Ferrari 3 (Ferrari, Sauber y Manor); y Mercedes-Benz 4 (Mercedes AMG, Williams, Lotus y Sahara Force India).

En este orden de cosas, no parece demasiado descabellado afirmar que tal y como están las relaciones entre Milton Keynes y Renault —cada vez parece más firme el interés de esta última por hacerse con la de Faenza—, el año que viene podríamos encontrarnos con que la de Stuttgart coparía con facilidad el 50% de la parrilla, lo que por volumen de clientes le aseguraría un vivel estratosférico de evolución aunque solo hubiese 1 token para tocar, ya que la información resulta vital en estos instantes.

Sin duda no parece el mejor escenario de todos, porque además, se da la circunstancia de que a las quejas de McLaren el año pasado, se sumaría que Felipe Massa (Williams) ya ha desenfundado su revólver para apuntar a que la UP que utiliza Grove es sensiblemente diferente a la que utiliza Brackley, lo que nos pone en que Mercedes AMG podría prolongar ad nauseam su hegemonía.

Y aquí quería llegar yo, puesto que la solución que trata de erradicar la FIA con su nueva directriz, no parece estar enfocada a la lucha entre fabricantes, sino más bien, a las lecturas creativas que podrían estar haciendo algunos equipos al respecto de las plataformas propulsoras de sus monoplazas.

Sean Mercedes AMG y Ferrari —se apunta ya que Honda y Renault no están pasando por sus mejores momentos—, sea sólo la anglo-germana o sólo la italiana, lo cierto es que la decisión federativa, me parece la más honesta que se podía tomar en un momento en que la vida de la máxima categoría del deporte del automóvil de competición, amén de delicadita, parece que pende de un hilo.

Os leo.

3 comentarios:

chema dijo...

Según tu explicación yo tampoco lo consideraría ilegal. Pienso que seria positivo para la categoría que Renault adquiriese Toro Rosso y Audi Red Bull, de esta forma tendríamos dos equipos mas fabricantes puros, motor y chasis.

Anónimo dijo...

Chema, si quieres sigo citando pilotos que han ganado a Kimi: Heildfeld en 2001 y Coulthard en 2002. Por cierto, en 2002, que corrió con McLaren, quedó por detrás de los dos Williams, uno de los cuales lo pilotaba Montoya. Es igual. A mí también me caía bien Kimi, pero lo cierto es que para haber sido campeón del mundo ha perdido con demasiados compañeros de equipo.

Aficionando dijo...

Ese anónimo era yo b