Winner takes it all

Sí, está sonando Abba y no os lo perdáis, el primer lugar donde se cantó a Fernando el ‪You'll Never Walk Alone‬ fue aquí, como lo leéis.

Me apetece reafirmarlo hoy porque es una de esas cosas de ida y vuelta ante las que demasiadas veces no sé qué contestar. Como cuando viene alguien que te recrimina que no se puede ser condescendiente con Pirelli y menos intoxicar al auditorio en el momento en que alabas a la italiana quizás por única vez en tu vida; como cuando otro alguien, distinto al anterior, te insinúa que resulta curioso que hayas llamado Corleone a Enzo Ferrari cuando él ha escrito hace dos días un simil parecido pero ha sido a ti a quien apedrearon hace años por trazar parecidos entre Ferrari y la famiglia más famosa del mundo cinematrográfico, por llamar Vito a Il Commendatore, originando incluso que en épocas recientes te hayan abierto un blog que lleva en su dirección tu nick, en el que supuestamente se pretende contestarte y explicarte el auténtico respeto que merece La Scuderia; como cuando llega otro alguien, distinto a los dos aludidos y te dice, así, a bocajarro, que un monoplaza es un todo...

Sé lo que he dado y soy plenamente consciente de lo que he recibido en estos siete años de andar juntos en un bosque de Sherwood en el que hago de juglar y vosotros de pandilla de insurgentes que creen como yo, en un mundo diferente que es posible rozar con los dedos, incluso en el error más tonto o en la derrota más rastrera.

No es cuestión de ponerme melancólico, pero ayer, durante mi intervención en SafetyCast, un genuino producto de nuestro tiempo me llamó lamepollas de Fernando y si bien es verdad que en un principio no le di demasiada importancia, lo cierto es que llevo todo el día con el run-rún en la cabeza de cómo somos tan cobardes como para no aceptar que por ir de modélicos y políticamente correctos, estamos dejando que uno de nuestros mejores deportistas, ande pensando en que preferiría más títulos y menos reconocimiento.

Somos poco menos que una puta mierda... Mejor dicho, los cerrados lo sois, yo os acuso. No tenéis huevos para aceptar que nos ha tocado la lotería, que disfrutamos de un artista del volante que hace treinta o cuarenta años sería considerado un héroe nacional siempre y cuando no hubiera nacido en España, obviamente. Animalitos, que diría Charly, yo he tenido la suerte de poder elegir y en este sentido lo lleváis jodido si pretendéis que me arrodille ante figuras como Sebastian teniendo un Fernando al que encender velas. El asturiano es el ejemplo vivo de lo cainititas que somos como pueblo, de la envidia que nos corroe como pueblo, de lo aldeanos que somos como pueblo y de lo mucho que nos hace falta recorrer para ser distintos a como somos como pueblo.

En lo que a mí respecta os lo advertí hace tiempo: no haré rehenes. Alardeo de buen paladar y me gusta un tal Fernando Alonso, un tipo al que independientemente de los títulos que termine ganando, la historia de nuestro deporte acabará comiéndole la polla porque es irrepetible y genuino, porque contra viento y marea sigue ahí y porque mal que les pese a algunos, la valía y el éxito rara vez van de la mano.

Ea, sed felices, hoy me tocan una o dos vueltas a Nürbu con Elio, el chaval de David, a bordo de un 330P de Ferrari que me han prestado, porque hay cosas que no cambio por nada del mundo por mucho tiempo que transcurra, lo juro. Como Abba y mi adolescencia, como la sensación de haber llegado demasiado pronto para deciros una vez más, que ese aserto que afirma que la banca siempre gana es rotundamente falso ya que la realidad nos dice a los pacientes, que siempre quedarán en nuestra memoria los mejores momentos, los que jamás olvidaremos porque tuvimos la fortuna de vivirlos y supimos disfrutarlos.

You'll Never Walk Alone! Os leo.