martes, 8 de julio de 2014

¡Bibendum. Yo te invoco!


En realidad no sé de qué coño me sorprendo. Ni creo en el capitalismo montaraz que nos sube la luz cuando el gobierno regula para que baje, ni soy proclive a creerme aquello de los duros a cuatro pesetas, ni mucho menos trago con ese axioma que postula que un escenario sin competencia siempre ayuda a facilitar la vida del consumidor.

Quizás sea un romántico pero hay cosas que me matan.

Pirelli ha rescatado la vieja idea propuesta por Michelin hace unos años de aplicar llantas de 18 inches (¡qué guay suena!) a las ruedas de los monoplazas de Fórmula 1, y si bien es cierto que la modificación en sí me la trae al pairo, hay en la profundidad del asunto algo que me toca especialmente las narices.

Independientemente de que las pruebas que se están realizando o se van a realizar en Silverstone vayan a suponer un pleno al quince sí o sí, conviene advertir para que no nos perdamos que la firma italiana de compuestos está a punto de pasarle el marrón que tiene entre manos a los equipos. 

A ver, es verdad que se gana en reparto de masas y en bajada del centro de gravedad porque la parte metálica va a viajar más cerca del suelo (la circunferencia de la llanta es mayor), pero con menos distancia entre el metal y la banda de rodadura las tensiones laterales y longitudinales van a ser más facilmente controlables, y el intercambio de temperatura entre el interior y el exterior también va a mejorar porque hay menos volumen de aire (gas en este caso) entre el interior de la cubierta y la corona de la rueda.

Obviamente Pirelli sale ganando, tanto al resolver de un plumazo sus compromisos en cuanto a prestaciones puras se refiere, como en cuanto a reducir costes por asimilar el sistema de producción de las gomas para F1 al grueso de la producción para vehículos de alta gama, pasando así de ser casi artesanal, como diría Paul Hembery, a industrial y con la consiguiente reducción de centímetros cuadrados de caucho y materiales, sea dicho de paso.

Hasta aquí todo bien, lo juro. Entiendo perfectamente que cada uno vele por sus intereses, siempre que no se rompan las reglas del juego.

Y es que aquí viene el matiz, porque la función amortiguadora que han venido teniendo las ruedas desde hace décadas, tiene que ser paliada desde el propio diseño de los conjuntos de amortiguación y frenos en los monoplazas, con lo cual estamos hablando en cristiano, de que un vulgar elemento secundario se puede convertir por arte de magia de la italiana, la FIA y la madre que parió a todos los integrantes del engranaje del paddock, en el quicio sobre el que se proyectarán las nuevas generaciones de vehículos para Fórmula 1, ya que al ser proveedor único, Pirelli impone el modelo, las soluciones y las normas, y como decía hace un par de párrafos, pasa así el marrón que lleva entre manos y no ha sido capaz de resolver en tres años y algunos meses, a los respectivos departamentos de diseño de las escuderías, para que sean ellos los que se busquen las alubias encontrando la tracción, la estabilidad y el rendimiento óptimo.

Al hilo, cabe recordar para completar el escenario que el cuco de Hembery se ponía farruco hace ahora casi un año al ver las orejas al lobo, y amenazaba que con la intervención de un segundo proveedor se podría desatar una guerra de neumáticos que no beneficiaría a nadie, aunque a la luz de los nuevos hechos todo indica que el muy gañán estaba buscando tiempo con la ayuda de Bernie Ecclestone para contrarrestar a Michelin y sus propuestas, con el agravante de que la ganadora de las 24 Horas de Le Mans ha querido siempre competir en F1 con al menos otro suministrador, para luchar en igualdad de condiciones pero en términos de calidad...

Sacad las cuentas vosotros mismos. ¡Bibendum. Yo te invoco!

3 comentarios:

Mario dijo...

Al poco de leer tu entrada he echado un vistazo a twitter y he leído un tweet de Alex Wurz relacionado con el tema. Eso hizo despertar mi curiosidad y me puse a mirar fotos del E22 con los dos modelos de llanta en la misma curva. En todas las fotos da la impresión que con las nuevas llantas el coche tiene mayor altura libre al suelo. Como la altura mínima se mide con el coche parado, no sería extraño que esta se redujese por por la flexión del neumático al soportar la fuerza de la carga aerodinámica. Con unas ruedas con mucho menos perfil, es posible que el coche pierda la eficacia aerodinámica que le da la pérdida de altura. Creo que pueden ir por ahí las ventajas que le a este cambio el doble ganador de Le Mans.Un saludo.

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenas tardes, Mario ;)

Gracias por avisar de que ese material está a mano. Voy a ver si le echo un vistazo y lo comentamos. Vuelvo en un rato ;)

Un abrazote

Jose

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Mario ;)

No he conseguido ver al E22 en la misma situación con los dos tipos de rueda, pero sí que se observa que va más alto en las que he visto, como ocurre en el Toro Rosso.

Yo diría que visto lo visto y puesto que los conjuntos de las suspensiones son idénticos a los usados con llantas de 13" en el mismo coche, se han tarado a duro las suspensiones para evitar imprevistos, y que como bien dices, el coche puede perder eficacia aerodinámica aunque a cambio (buena anotación, compañero), ha hecho las delicias de un tipo como Wurtz, acostumbrado al comportamiento de los LMP1 ;)

Un abrazote inmenso y reitero: muchísimas gracias ;)

Jose