domingo, 18 de mayo de 2014

Con permiso de Pastor


Bueno, abandonemos la nostalgia por unos días y empecemos a hablar sobre la sexta cita de la temporada, el Gran Premio de Mónaco, esa pedazo guinda pastel de cumpleaños que nos exasperará como de costumbre pero sin la cual parecería que no existe campeonato.

Y qué mejor que acercarnos al Principado y sus calles estrechas hablando de la escudería que peor comienzo de temporada ha tenido, que menos kilómetros ha rodado en pretemporada y que a pesar de los pronósticos más agoreros, en Barcelona y soportando la enésima muestra de lo bastorro que puede resultar Pastor a veces, consiguió meterse en la octava plaza con Romain a los mandos del E22 y por delante nada más y nada menos, que de los dos Sahara Force India, una de las más firmes promesas para esta sesión.

Sabéis de sobra que Grosjean es uno de los pilotos que más me encandila, pero como no es cuestión de resaltar una vez más lo que desde mi humilde opinión son sus numerosas virtudes, baste decir que el cochecito que conduce, uno de esos vehículos de la parrilla que viste de nostálgico por los cuatro costados, respondió estupendamente durante el Gran Premio de España y que el francés al volante, supo extraer del mismo casi todo lo que lleva dentro.

Y digo «casi» porque ya es público y notorio que Total, el proveedor galo de combustible, en Barcelona tuvo a bien suministrar su caldo evolucionado primero a Red Bull que al resto de tropa que monta la unidad de potencia Renault, entre ellos Lotus, obviamente, lo que nos pone en que en Montecarlo, ya que Total hará extensivo el regalo a los restantes equipos que se quedaron a dos velas en la quinta cita de la temporada, se podría decir que la de Enstone puede estar en condiciones de comenzar a enseñar sus dientes.

Mónaco es de los circuitos considerados de mucha carga aerodinámica. Su diseño es revirado y las rectas que lo componen vienen a ser escasitas de longitud; además, es el trazado más lento del Mundial entre otras cosas porque alberga la curva más cachonda del calendario: Loews; vamos, que está en las antípodas de Monza.

Así las cosas, la aerodinámica del E22, muy enfocada al todo abajo y por tanto poco necesitada de matices arriba, puede arrojar una bonita sorpresa a expertos y profanos ya que en El Principado no hace falta ser el más rápido sino ser el más resolutivo y eficiente y ahí, el Lotus, me da que puede marcar la diferencia eso sí, con el permiso de Pastor Maldonado.

En todo caso creo a pie juntillas en Romain y a pesar de que se le sigue apostillando como «Hanibal el caníval» por sus excesos durante la temporada 2012 —que los tuvo, para qué vamos a negarlo si en el propio Montecarlo la lió bien parda en la salida—, el gabacho tiene en Mónaco un bonito territorio donde explorar las bondades de su monoplaza y si hace el caso, sentar aquello del mando en plaza.

Toda vez que sospecho que por el bien del negocio Mercedes AMG va a sufrir un inesperado desinfle o cualquier otro contratiempo, no me digáis que no sería hermoso ver a Grosjean compartiendo foto con el Príncipe Alberto. Eso sí, repito, con el permiso de Pastor, que a lo mejor el venezolano se nos pone fino y se saca de la manga una de esas carreras que también sabe hacer sin intervención de los muros y los rivales más lentos.

Os leo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vuelve el mundo decadente de Mónaco.



King Crimson

pocascanas dijo...

Método y paciencia, eso se necesita en el Principado.
Sobretodo paciencia...

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenos días ;)

King Crimson ;) Visto lo visto no sé si me parece más decadente Montmeló XDD

Pocascanas ;) Mucha, y ajustarse bien para rozar lo justito los muros ;)

Un abrazote

Jose

Anónimo dijo...

José, dejémoslo en el mundo decadente de la Fórmula 1 en general. :)



King Crimson