El canto del cuervo

Ya os tenía avisados de que os cuidárais de leer según que sitios, que te venden la moto por cuatro perras y resulta luego que la supuesta ganga no tira ni para atrás.

Esto que nos han estado contando no tiene nada que ver con el optimismo sino más bien, con jugar a la ruleta rusa por llenar titulares y mantener el hype de los cogieron. Es como lo de los brotes verdes y cientos de mandangas más. No tiene ningún sentido, como tampoco lo tiene este extraño afloramiento de sensaciones de ahogo que nos están proponiendo como compensación al supuesto descubrimiento de que Mercedes es el enemigo, el ENEMIGO.

A ver, ¿alguien con dos dedos de frente podía pensar que después de haber rodado más que nadie en pretemporada y a un ritmo insostenible para sus rivales, en Sakhir precisamente, donde se celebraron la segunda y tercera sesión de pruebas previas y la de la estrella de tres puntas no dejó ni las migajas, Nico y Lewis o Lewis y Nico, que tanto da, iban a permitirse el lujo de doblar la rodilla?

En serio, lo he dicho hasta la extenuación pero tal vez convenga repetirlo, y es que hasta el próximo Gran Premio de España no hay nada que hacer en lo tocante a Ferrari y el Nano. 

Podría sonar la flauta, Dios lo quiera, pero me temo que China va a volver a ser territorio de Brackley porque hoy por hoy, Mercedes es el monstruo anual que nos visita cada temporada para ponernos los aquellos de corbata y los pelos de punta, razón por la cual, en Melbourne me despeiné bien temprano para comenzar a atizar a Ferrari porque o se sale a ganar, o pasan estas cosas [Ferrari: a spacetime odissey].

Soy consciente de que a muchos de vosotros no os gustó lo que dije, parecía demasiado temprano y hoy mirad, parece demasiado tarde incluso para ponerse en plan duro; pero hay buenas noticias —siempre las hay a poco que arañes el suelo—, la de Maranello vuelve a jugar a la defensiva, en un territorio que conoce de sobra, pero a diferencia de otras veces ya no está mi Felipe. Ocurrirá, sé que sucederá, y en cuanto el F14-T encuentre el acorde adecuado, esos dos pilotos que empiezan a estar hasta las pelotas de arrastrarse y de que su monoplaza corra vendido y en inferioridad de condiciones, comenzarán a hacer de las suyas y llegado ese instante, este mal trago seguramente se nos habrá olvidado.

Mientras ocurre, lamento decirlo, no nos queda otra que apretar los dientes, como en 2010, cuando después de haber hecho doblete en Sakhir y prometérnoslas felices, para estas alturas de la película ya hacíamos agua por los cuatro costados. Aquel año cedimos en la última batalla y por emboscada, pero disfrutamos de lo lindo en verano y a comienzos de otoño. 

¿Por qué no puede suceder lo mismo en 2014? ¿Porque los abonados a los desastres ya han comenzado a cantar sus malos augurios como graznan los suyos los cuervos en los cementerios? ¡Y un carajo!, esto es Ferrari en estado puro y si pestañeáis podéis perdéroslo...

De nada sirve lamentarse, hacedme caso. Toca cerrar filas, una vez más. La cosa está jodida, para qué vamos a engañarnos, pero la guerra no ha hecho sino comenzar.

Os leo.