jueves, 13 de diciembre de 2012

Faenza tubular bells


Matas a dos chiquillos, sacrificas sus aspiraciones y tiras sus cuerpos al arroyo con nocturnidad y alevosía, y te sientes a renglón seguido el dueño del mundo. Un tipo hábil que ha sabido sortear la ley para vender el alcohol prohibido a los amigos, para hacer negocio con los rivales al amparo de la décimo octava enmienda, para jugar al tú la llevas con Elliot Ness y sus intocables, para salir ileso, en definitiva, de una cabronada dibujada con hiel sobre un papel que extendió alguien que con sus luces y sombras, era bueno o pasaba por serlo y se llamaba Giancarlo.

Faenza no es la Faenza que conocimos, sino una cueva de arañas venenosas donde se hace lo que dicta el tuerto de Milton Keynes. Un lugar que lejos de ser una escuela, se ha convertido en una excusa para que la parrilla tenga dos enemigos menos, o más si no es el caso de que milites en la escudería que le hace favores a la FIA y luego los cobra.

Daniel está contento como lo estaban Sebastien o Jaime antes de que cayera sobre ellos la guillotina errumbrosa que sancionó que la educación había terminado, en diciembre, sin tiempo para buscar hueco en la parrilla, por la espalda, en frío, como se sirven las venganzas, como las sirve siempre el resentido que ganó Le Mans en 1971, un tipo que se lleva mal con la vida y que no sabe sonreír si no es con mandíbula de tiburón blanco, enseñando los dientes y poniendo mirada fría.

Jean-Éric pasa palabra porque tiene más brío y más sangre que su compañero italiano. Le ayudaron a morir en Montecarlo pero no tiene todas consigo, y por eso calla y otorga mientras se aparta y cumple, y se retrasa si se lo piden con voz de flauta desde el muro que debería azuzarlo...

Tost lleva todo el asunto con mano firme aunque su pulso lo dicten a kilómetros de distancia. Es un tipo que sabe lo que hace y cumple y se conforma con servir de sesgo a los que podrán, o no, presentar batalla al niño de todos los niños. Hace coches, los dirige, crea sueños y aspiraciones, y las rompe como rompió las de Sebastien y Jaime, sin mover un dedo, porque tocaba, porque el dogal acuciaba, porque la correa apretaba, porque es un manso en mundo de lilas que ni siquiera valen la molestia de escribir sus nombres, porque ocupa el lugar que dejó vacante alguien con dos aldabas como Berger, quien tuvo redaños suficientes para decirle al jefe que para hacer el indio se buscara otra cosa, a Tost, por ejemplo.

Faenza naufraga más que nunca porque este año ha hecho falta para hacer mutis por el foro en los momentos importantes, pero ahora viene Díaz Ferrán y se pone digno, dignísimo. Le están juzgando por innumerables tropelías pero saldrá ileso como terrorista económico, porque siendo líder de una de las piezas fundamentales de nuestro estado de derecho, dinamitó las negociaciones entre patronal y sindicatos, y gobierno, como quien despacha a Buemi y Alguersuari porque no cumplieron con unas expectativas que no había Dios que cumpliera, con dos bemoles, al estilo Matestich a la hora de enjuiciar negativamente y ladeando la cabeza, a su equipo pequeño como si se tratara de uno grande, uno que llevara bien alto sobre el asfalto el baldón que enarboló un tipo sencillo que se llamaba Giancarlo y sobre cuya herencia se está meando la campeona del mundo, Red Bull, la de Horner, la de Newey, la de Vettel, la de Tost y Marko, la cagarruta que no levanta cabeza porque sirve para cualquier cosa menos para correr en F1, que se aparta en pista, que sacrifica a dos pilotos cojonudos para que no hagan sombra al epítome de los récords, y que mañana o pasado mañana, será de nuevo puesta a subasta porque no resulta rentable.

Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Decía Ecclestone que prefiere 10 equipos siempre que no perdamos a Ferrari.

Yo añadiría que, en ese caso, preferiría 9 equipos y no tener a ese equipo B que no sé qué pinta en esto más que ensuciar el tan renombrado Fair play al que los ingleses tanto se agarran cuando les interesa.

PD. Echo en falta a Minardi como imagino nos pasa a todos.

King Crimson

Interlagos dijo...

¿No se ha esgrimido en el pasado un artículo del reglamento de falta de deportividad?

¿Cuando vemos a Marko echar la bronca a un tipo de otro equipo como Alguersuari no está incumpliendo ese artículo?

¿Cuando flagrantemente los TR (y no sólo ellos) se apartan ante la llegada del chico maravilloso no están incumpliendo ese artículo?

¿Y qué demonios hacen el resto de equipos? ¿Por qué no lo denuncian y ponen de una vez en la picota a Marko y sus tácticas nazis?

Un abrazo!