Quick Nick

Creo que fue Eloy Entrambasaguas en GPCast, quien contestando a la pregunta que le hacía Charly Barazal al respecto de qué se podía esperar de Nick Heidfeld en el próximo G.P. de Singapur, contestaba que se contentaba conque no hiciera un Badoer.

No falta enjundia en la respuesta, y por eso mismo voy a tomar pie en ella para recordar hoy que la sustitución de Pedro de la Rosa en Sauber puede suponer para el piloto alemán un auténtico regalo envenenado, aprovechando de paso, para recordar que puesto que los entrenamientos durante la temporada han sido erradicados inexplicablemente (bueno, sí, se dio alguna que otra razón para eliminarlos, pero para el caso patatas, como decía aquél), convendría que nos palpáramos la ropa antes de comenzar a sacar conclusiones, que me conozco cómo nos abonamos enseguida a tirar con posta lobera.

Dicho esto, Nick desembarca en el C29 tras haber realizado algunos kilómetros con el MGP W01, y otros pocos a bordo del Toyota de hace dos años sobre el que Pirelli ha iniciado su programa de pruebas de neumáticos en fechas relativamente recientes, lo que a todas luces resulta muy poco recorrido para subirse a un coche nuevo al que habrá que tomar el pulso prácticamente en carrera, porque no hay tiempo para más.

Lo tiene jodido Heidfeld, muy jodido, y apesar de que es uno de los pilotos más sólidos de la parrilla, y a pesar, también, de que a diferencia de Michael Schumacher o incluso Luca Badoer, su separación de la actividad ha sido realmente breve, la cosa de salir ileso de la prueba del próximo domingo se me antoja, como poco, algo complicada.

Bien es cierto que conociendo la pulcritud laboral de Pedro, se puede pensar razonablemente que el barcelonés habrá dejado el C29 en orden de revista y preparado para que sea usado por casi cualquiera, pero de todas formas, el examen al que se enfrenta Quick Nick en su primera intervención como chico Sauber va a resultar muy peliagudo porque el monoplaza suizo no destaca precisamente por su equilibrio, y porque el trazado asiático no es precisamente el idóneo para hacer experimentos, salvo que se use gaseosa.

Dicho esto, queda por ver cómo resuelve la papeleta el alemán, aunque yo insistiría en que fuésemos benévolos en nuestras críticas y evitásemos hacer comparaciones demasiado apresuradas, porque como he dicho hace un par de párrafos, Heidfeld lo tiene muy jodido, tal vez demasiado.

Por eso mismo me abono desde ya mismo a la esperanza de Eloy, y me doy con un canto en los dientes con tal de que Nick no haga el ridículo.

Os leo.