Toto nos ha salido anormalmente tonto, y disculpadme la posible cacofonía, pero es que, a ver, no puedes estar todo el puñetero día dando la turrada con lo lesivos que son para el espectáculo los dominios de Red Bull y Max Verstappen, y venir ahora con la atmósfera lloricona de que Horner te robó con trampas el tuyo [Wolff doesn't want to fall into Horner "trap" over Red Bull F1 dominance].
No hace mucho, los habituales en redes ensalzaban al austriaco como si fuese un Frank Williams, un Ron Dennis, un Montezemolo o un Briatore, por citar dos apellidos que siguen levantando ampollas, cuando su naturaleza sólo da para plato corriente al microondas, artificialote, sujeto a instrucciones estampadas en el envase con letra pequeña, que sale estropeado como se quede corto o se pase de tiempo en el coño artilugio doméstico.
Dominar es la parte fácil del trabajo, Toto, convencer es la complicada, y mejor te retiras si no sabes diferenciar una de otra, porque, a las escuderías, como a los pilotos, se les ve más diáfano cuando se obligan por las circunstancias a gestionar las etapas menos amables. Ahí sí, ahí se ve claro quién es un racer y quién no pasa de gestor ventajista de oportunidades.
Os leo.
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