viernes, 7 de diciembre de 2018

La France!, 1926 [#24LeMans 04]


Francia ha salido trasquilada de la Ocupación del Ruhr y afronta 1926 con cierto desencanto. La recuperación económica es un hecho pero sólo alcanza a lograr los niveles previos a la I Guerra Mundial, mientras que Alemania, más empobrecida, ha salido reforzada políticamente del periodo de postguerra. El imperio colonial da muestras de fatiga, las deudas adquiridas con Estados Unidos aprietan más de lo imaginado y el país se repliega sobre sí mismo, escenificando como nunca el famoso chauvinismo, que ha encontrado su mejor expresión en el deporte.

Las 24 Horas son ya una prueba consolidada y mundialmente conocida y para su cuarta edición, L'Automobile Club de l'Ouest ha acometido profundas reformas del circuito de La Sarthe con ayuda de socios privados y la implicación de las administraciones. La más destacada afecta a la zona de la salida, cuyo fallido intento de negociación sobre el uso de los terrenos originó que en 1925 los coches partieran desde la recta de Les Hunaudières

En 1926 todo ha vuelto a su sitio original. El ACO adquiere la propiedad de los benditos terrenos, lo que trae consigo las primeras instalaciones permanentes de verdad, así como el diseño de una serie de áreas adyacentes enfocadas a satisfacer las necesidades del público y los participantes. Se arreglan los accesos, hay más espacio para los garajes, se acondiciona un aparcamiento de dimensiones generosas y hasta se ofrece un servicio de retretes y letrinas construido con ladrillo. Las gradas aumentan de tamaño, se asegura la correcta iluminación de la zona y se allana el suelo para hacer más cómoda y segura la instalación de carpas y casetas, etcétera, etcétera, etcétera...

La pista también recibe mejoras. La Sarthe mantiene la cuerda original de 17'26 kilómetros utilizada en 1923, pero varios de ellos se compactan para cumplir con el paso de los vehículos y resultar más seguros, y la sección de salida y meta se hace más ancha. El ejército sigue prestando focos de campaña pero ahora su contribución es casi anecdótica. Todo está listo, aunque nadie imagina que la de ése año va a ser una cita para recordar.

Una de las novedades que aparentemente tiene menos valor, lo va a cobrar conforme transcurran las vueltas. Es un marcador elevado que facilitará al público y a los contendientes saber dónde está cada cuál al término de cada giro.

La sorpresa surge prácticamente desde el pistoletazo de salida. El Jousset M1 con dorsal número 30 dispone de un ingenioso sistema de cierre de capota en cremallera —similar al del 2CV de los setenta y ochenta del siglo pasado—, y se pone líder como por arte de magia mientras sus rivales resuelven el complicado protocolo de la salida Le Mans. La aventura durará poco, de hecho, el Jousset será descalificado finalmente por no cubrir la distancia mínima, pero nadie le empañará la hazaña de haber sido el coche más rápido en poner la lona de toda la historia de la mítica prueba francesa.

Anécdotas aparte, 1926 supone la primera participación de Peugeot, y el Type 174 Sport de Boillot y Rigal mantiene una dura contienda desde la primera plaza con el Lorraine-Dietrich de Bloch y Wagner a su cola, al que sigue a corta distancia el Bentley de Clement y Davis...

Le Mans es ya una prueba marcada por su dureza y empieza a pasar factura a quienes se atreven con ella. Hay menos preinscripciones que el año anterior, pero más fiables. De los 48 aceptados por L'Automobile Club de l'Ouest, la iniciarán 41 —nuestro compatriota Rafael Manso de Zúñiga causará baja por no estar presente en la salida—, de los cuales, sólo 17 llegarán a completar las 24 Horas. Cuatro serán descalificados. Uno de ellos, el protagonista de hace dos párrafos.

Peugeot ha fallado en su primera intentona. Bentley ha vuelto a moder el polvo aunque ha tratado de revalidar lo conseguido en 1924 casi hasta el último centímetro de suelo. 24 horas, una jornada completa librada a degüello y sin cuartel. Por fortuna no fallece nadie. 

Lorraine-Dietrich consigue lo que parecía inalcanzable: las tres primeras plazas, el primer triplete. André Rossignol y Robert Bloch en cabeza, con récord de distancia: 148 vueltas a La Sarthe. Gérard de Courcelles y Marcel Mongin en la segunda, con giro perdido. En la tercera, Édouard Brisson y Henry Stalter habiendo completado 139 circunvalaciones al gigante de la merindad de Le Mans.

El público estalla de júbilo. Tres coches franceses con seis pilotos galos conduciéndolos. Vive la France!

Os leo.

< Dureza, 1925 [#24LeMans 03]
> Maison Blanche, 1927 [#24LeMans 05]

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