Caballo de guerra

Si te pasas la vida alabando el W08 de Brackley como si fuese una maquinaria del mismo cuño que sus hermanos mayores (W05 a W07), ocurre que llega una prueba como la de ayer y quedas como el culo afirmando en público que Lewis estuvo francamente soberbio...

Obviamente falla algo en este sencillo diagrama. Si el coche es como los anteriores y no tiene rival conocido, el piloto británico tendría poquito mérito obteniendo la victoria el Gran Premio de Bélgica, incluso consiguiendo el sábado la pole número 68 de su carrera profesional en Spa-Francorchamps. Pero lo cierto es que a pesar de que la disputa fue a la postre bastante previsible en la cabeza, Hamilton destiló brillantísimas sensaciones en un territorio que a priori era propicio a Mercedes AMG sí o sí.

Puedo permitirme lujos como ensalzar el trabajo del conductor de Tewin porque, como sabéis de sobra, considero al monoplaza anglo-germano un gran coche aunque inferior a sus antecesores, y porque con suficiente antelación escribo cosas como ésta: «hoy hemos podido ver cómo el adelanto de la nueva especificación que montan los W08 ha dado más alas a los plateados, pero también, ha puesto en riesgo las gomas Pirelli que montan —la fábrica milanesa sigue estudiando qué ha pasado para que se hayan producido las deformaciones—, lo que mañana puede suponer que Hamilton y Bottas se atemperen un poco por evitar riesgos innecesarios» [Las carreras son en domingo. Anteayer, 26 de agosto].

No me miréis así, la verdad es que con estas cosas se liga una caca, aunque descubrir que efectivamente Mercedes AMG optó ayer por una estrategia en sus dos vehículos a base de blandos en el stint final, me reafirma en que ni el titular del vehículo 44 ni el del 77 iban cómodos, al menos tan cómodos como otras veces, y que apuntaron sus respectivas prioridades en pista más al cuidado de gomas que a la potencia pura, área que me temo, todavía queda por afinar.

Aquí es donde me gustó mucho Lewis, ya que Sebastian, también siguiendo el guión previsto, montó ultrabandos para su último empujón y arreó con ellos como un demonio, lo que nos pone en que Hamilton era consciente de la que se le podía venir encima entre las vueltas 30 y 44 y obró en consecuencia, gestionando soberbiamente el trecho final de la carrera sin perder los nervios, con inteligencia y frialdad de cabeza, lo que a la postre le supuso la victoria.

Con esto, el británico le mete una dentellada al alemán en la tabla de Pilotos, reduciendo su distancia actual de 14 a 7 puntos, mientras que Brackley aumenta de 39 a 44 la que mantiene en la actualidad con Maranello en la de Marcas...

Pero como decía al principio, si consideramos que el W08 es muy superior al resto y el SF70-H no tiene capacidad para hacer pupita de la buena —como demostró Kimi con Valtteri, por cierto—, pasa que nos podemos perder una excelente película con un fantástico papel protagonista.

Lewis está enchufado y ayer lo demostró en un terreno complicado. Es obvio que monta un bonito y reluciente caballo de guerra, pero había que llevar sus riendas con sumo cuidado porque Spa no perdona, porque los rivales no son mancos, y en definitiva, porque el campeonato no está como para andar desperdiciando oportunidades así como así.

Os leo.