Lo que queda de año se me va de las manos y no es cuestión de dejar las cosas a medio terminar. Entre pitos y flautas este miserable blog marcará, si no las clava, cerca de 500 entradas cuando den las campanadas de Año Nuevo, y si sumamos los artículos que he realizado en los siete meses correspondientes a 2014 para Diariomotor, haceros cuenta de la barbaridad de palabras que he escrito esta temporada sobre nuestro bendito deporte.
Pero si no era cuestión de dejar los deberes sin hacer, como decía al inicio, tampoco es lugar para lamentarse de nada. Me he divertido como un jabato y eso es lo que queda, pero 2015 tengo que encararlo de otra manera y sin duda, las crónicas de cada carrera pasarán a ser auténticas rarezas entre otras cosas, porque normalmente ya existe suficiente material en la red sobre ellas a las pocas horas de haber concluido, como para amparar mis idas de olla diarias a lo largo de las semanas posteriores.
Así que hecha la exposición preliminar y aunque sea el día de los Santos Inocentes y acabe de confesar que la sesión venidera me voy a poner en modo un poco jeta, hagamos un ejercicio de imaginación y vayamos juntos a comienzos de noviembre pasado, cuando se desarrollaba la penúltima prueba puntuable para el campeonato que acabamos de finiquitar. Y hagámoslo, por favor os lo pido, metidos en cualquiera de los papeles de esa panoplia de personajes densos de cojones, que nutren No Country for Old Men (No es país para viejos), cinta de los hermanos Coen que no tiene desperdicio porque un crimen acaban por hacer aflorar una sociedad que resulta criminal de los pies a la cabeza.
Bien, ¿estáis en situación?
Bien, ¿estáis en situación?
Hamilton no había sentenciado el Mundial en Austin y Pirelli había tenido que envainársela ablandando su elección de gomas para Sao Paulo, pero el domingo brillaba el sol, la temperatura del asfalto rondaba los 50º centígrados, y Nico Rosberg salía desde la pole.
Los más ancianos del lugar ya sospechábamos que esta carrera iba a ser para el hijo del gran Keke, por aquello de que la afición aguantara hasta Abu Dhabi con el corazón en un puño, pero también nos prometíamos un espectáculo tedioso que a la postre no estuvo tan mal.
Buena salida de Nico y Hamilton on fire desde el primer metro, pero sin insinuar querer dar tregua a su compañero alemán, con lo cual, el interés del Gran Premio pasaba en las primeras vueltas al resto de participantes, concretamente a los Williams, ya que Felipe Massa y Valtteri Bottas, partían desde la tercera y cuarta posición, respectivamente.
La peña se quitaba de encima los compuestos blandos con velocidad inusitada porque degradaban que era una maravilla, y con los medios, a tirar para adelante, mientras la cabeza no mostraba apenas modificación. Rosberg manteniendo férreamente la primera posición, Hamilton empujando como un endemoniado y tras ellos, los Williams, como marcaba el guión, con Massa en tercara posición y Bottas en cuarta. Y así hasta prácticamente el giro 25 de los 71 que componían la carrera.
Pero como los neumáticos medios tampoco estaban como para echar cohetes, los coches de Grove comenzaron a sufrir de lo lindo (Bottas se descartaba después de un horripilantísimo pit stop), mientras el Ferrari de Raikkonen enseñaba algunos dientes, el Sahara Force India de Hulkenberg se postulaba como una interesante alternativa a lo previsto y Jenson Button, a la chita callando, como de costumbre, afianzaba posiciones. Pero la alegría pasó rápido.
Vettel, sin el agobio de Ricciardo, quien había abandonado en la vuelta 39 por un problema con las suspensiones, mostraba intenciones de amargar la fiesta a los Ferrari ya en la vuelta 60. Y Maranello, dócil con quien es ya su primer piloto, que mantiene a Kimi por delante de Fernando...
Os ahorro el resto porque ya lo sabéis de sobra. Nico ganaba en Interlagos y mantenía encendida la llama del campeonato. Lewis hacía un segundo estupendo, ayudando a mantener encendida la llama del Mundial y tal. Felipe, comodísimo en los últimos giros de la prueba, enardecía a los aficionados brasileños concluyendo tercero, y poniendo la chispita de Williams en la bendita llama del Mundial. Jenson, a la chita callando, como de costumbre of course!, se colocaba cuarto, y Sebastian que terminaba quinto. Y Fernando que aparecía en sexta posición, seguido por Kimi. Y Nico Hulkenberg que firmaba una estupenda carrera, acabando por delante de Kevin y Valtteri...
Y el sheriff Bell que no sabe a lo que se enfrenta hasta que comprende que es un corcho en mitad de un océano en pleno temporal. Y Chigurh que sigue haciendo de las suyas mientras va levantando la alfombra para que veamos lo sucio que está el suelo...
Os leo.
1 comentario:
Y Maranello, dócil con quien es ya su primer piloto, que mantiene a Kimi por delante de Fernando...
King Crimson
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