Esto no es Rush

... Ni esta entrada una oportunidad para hacer amigos, ni siquiera de multiplicar seguidores en las redes sociales. Pero alguien tenía que decirlo, ¿no?

Y no, no y no, lo que ha sucedido hoy en el circuito de Suzuka no es una de esas cosas que simplemente pasan, sino una bien distinta que podría haber sido evitada de darse el caso fortuito, de que dejásemos de pensar por una vez, en que la vida dispone de banda sonora y admite nuevas tomas por ver si la que hemos interpretado, resulta mejorable.

Jules no se ha matado por el canto de un duro y estamos por ver si sale de esta, y lo ha hecho por la negligencia de quienes pudiendo evitar mandar a 22 pilotos con los ojos vendados a jugar con un revólver cargado y el martillo fácil, no han movido un dedo apostando a que la suerte volviera a salvarles el culo.

Decir que esto de arriesgar a la ruleta rusa es Fórmula 1 por cumplir con las audiencias y ofrecer riesgo, es un completo sindiós. Así, con todas las letras.

Los coches de nuestra disciplina no están preparados para correr en estas condiciones, y no es cuestión de renunciar a la lluvia ni de hacerse el melindres ante la posibilidad de poner a los pilotos ante situaciones complicadas, sino de aceptar que la moderna Fórmula 1 ha cambiado tanto, que no es capaz de replicar hazañas pasadas sencillamente porque los vehículos se construyen bajo parámetros distintos, lo que convierte en criminal cualquier actitud de hacerlos pasar por algo que no son.

Si en la America's Cup cualquier aficionado entiende que si el campo de regatas no está en condiciones óptimas, los yates no zarpan de puerto; o que si en el Roland Garros o en Wimbledon, los partidos se suspenden en cuanto cae más agua de la debida; me parece inasumible que en pleno siglo XXI, haya quien se muestre reacio a aceptar que existen momentos que no han sido escritos para los actuales monoplazas, incluso bajo el paraguas de que antes se corría en circunstancias peores y por mis huevos.

La velocidad de paso por curva hace unas décadas no era tan importante como ahora. Las carreras se ganaban en los giros pero sobre todo en velocidad pura, en recta. Hoy no es así. El paso por las zonas viradas es determinante y para que ello suceda, se hace necesario disponer tanto de carga aerodinámica como de buenos zapatos que sujeten el vehículo al suelo.

No, no y no. En cuanto diluvia como hoy, los fondos planos tienen que alejarse del asfalto para neutralizar el pernicioso aquaplanning, perdiendo por tanto downforce, y las suspensiones se ablandan y las Pirelli wet son una completa mierda, y los pilotos se enfrentan así a una situación para la que su herramienta no está diseñada, aunque siguen necesitando ir rápido en curva porque es ahí donde se logran las victorias o los puntos.

Sumad además, que los 22 suicidas de encargo no ven un pimiento en sus evoluciones sobre el circuito, que no tienen referencias y van literalmente a ciegas [Pon un Dummy en tu vida]...

Y antes de crucificar a Pedro de La Rosa por blando, leed detenidamente las palabras que vertía hace unas horas Adrian Sutil tras el accidente: «Estaba muy oscuro y no se veían los charcos.» Y pensad ahora en Jules, y en a qué guerra y con qué material le enviamos a defender eso que dicen algunos que es auténtica Fórmula 1.

No, esto no es Rush. Es la vida y va filmada en plano secuencia a toma única.

Os leo.