Vivimos tiempos impredecibles y convulsos. El ministro de economía manda a tomar por el saco a la prensa; Lasquetty
dimite en un acto inopinado y en cierto modo contranatura entre la
clase política e Ignacio González recula en sus pretensiones cuando es
el Tribunal Superior de Justicia de Madrid quien las mandado a tomar por
aquel sitio. Mientras tanto, la ley Gallardón a quien Dios confunda
ayudará a salvar la economía, Vidal Quadras se pasa a Vox porque su
partido de toda la vida no le prometía horizonte en las europeas y yo
llevo con ésta, cinco entradas escritas de las siete que me había
prometido (no llego, seguro).
Por si el panorama no fuera poco desquiciante y en el fondo un absoluto contrasentido, la FIA ha contemplado como pasable
el morro asimétrico del E22 y ha enterrado de paso, las quejas que
sobre el propulsor Ferrari habían alzado Renault y Mercedes-Benz.
¿Hay futuro? Para don Javier y don Alejo
lo desconozco pero para nosotros parece haberlo. No me preguntéis si
luce luminoso o negro zahíno porque no sabría qué demonios contestaros,
pero existir haylo, que diría aquél, como las meigas y sus
fantasías en el acervo del populacho, porque por primera vez que yo
recuerde, el máximo organismo rector de todo esto resulta permeable a la
creatividad heterodoxa.
Lo de Ferrari me importa poco, qué queréis que os diga. Acostumbrado como estoy a que a los tifosi nos den varapalo un año y otro también porque hubo un tiempo en que La Scuderia
iba subidita de tono, al estilo de la actual Red Bull, para que nos
entendamos, ya me había agenciado un par de cajas de tiritas para ir
tapando una por una las heridas que nos iban a infligir. Vamos, que
aunque sorprendido, tampoco es que me haya costado tanto cambiar de
rumbo y de planteamiento. En todo caso, bien por la FIA y bien por la de
Maranello, y dejémoslo estar, no sea que de tanto invocar los fantasmas
acaben apareciendo.
Sin embargo lo de Lotus me importa mucho. Han sido tantas y tantas
líneas y opiniones que he leído al respecto del morro bipolar, que
agradezco el tiempo de descanso siquiera por reposar el cerebro un rato,
porque a decir verdad, ni era cierto que la nose hecha oficial
por aquello de tapar el roto ocasionado por la salida de Éric Boullier
coincidía con la rechazada a primeros de mes por los mismos manuses que
han terminado dando el placem a tamaña idea, ni lo eran la
opiniones que afirmaban o rebatían que el engendro de los demonios
supusiera un peligro para la seguridad.
Por segunda vez en mi corta vida de 54 años voy a llevar la contraria
a don Enrique Scalabroni, quien argumentando que el E22 puede sufrir de
un subviraje insoportable se ha debido quedar con un palmo de narices
ante la sanción administrativa al invento de Enstone. Y lo haré
pasándome por el forro todo lo que he leído y todo lo que he escrito
cuando alguien me ha preguntado en la confianza de que podía resolver
sus dudas. A las bravas, en estado puro: bastaría una configuración
asimétrica del eje anterior en su camber y su caster, para
paliar el problema derivado de una doble estructura frontal en la que
una de sus partes ofrece mayor resistencia al avance que la más corta.
¿Complicado? Seguramente, pero de estas cosas saben más mis mayores y
si Lotus lo cree posible, no seré yo quien la lleve la contraria. Pero
como decía hace unos párrafos a cuenta de la de Il Cavallino y
sus propulsores, bien por la FIA por admitir la idea de Lotus a trámite y
por permitirnos ver qué tal funciona, que no es por nada, pero lo de
los escapes saliendo bajo las bocas de aireación de los pontones en el
R31 de 2011 fue una ida de olla pero tampoco estuvo tan mal.
Es Enstone, la cueva de los trolls de la Fórmula 1, ¿qué creéis que se puede esperar de ellos?
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