miércoles, 22 de mayo de 2013

El buen pastor


De Bernie se puede decir casi cualquier cosa menos que no sabe llevar su negocio. Ahí le tenemos, por ejemplo, cargando contra el flanco que aún no había entrado en combate a cuenta del sainete montado alrededor de Pirelli, los pilotos, a quienes pide que usen el cerebro para entender «cómo ganar carreras», mientras se echa a la espalda la responsabilidad última de lo ocurrido: «Le pedí a Pirelli que fabricase neumáticos que no pudiesen completar el 50% de la carrera, lo que significaría que necesitaríamos pitstops. Y eso es lo que hicieron.» 

Aunque no quedan muy lejos estas otras palabras vertidas por don Bernardo al Daily Express hace tan sólo 8 dias: «Las ruedas están mal y no son lo que esperábamos de Pirelli», lo cierto es que no existe ninguna contradicción porque Ecclestone no se contradice nunca, es más, siempre lleva la razón con tal de salir en primera página.

Pero hoy, jornada en la que comienza el fregao en Mónaco, no pretendo seguir insinuando que nos vamos a llevar más de una sorpresa a partir de Canadá con las ruedas milanesas, sino más bien, enfocar la actualidad a través de las sabias palabras de Bernie, ya que éstas definen a la perfección la realidad alternativa sobre la que se soporta la actividad deportiva que sirve de excusa al negocio de la Fórmula 1. Y es que según el octogenario británico, «en los tiempos en que Niki corría, su mayor preocupación era cuidar la caja de cambios y los frenos —no los neumáticos—.»

¡Ahí le damos, sí señor! En la época en la cual Ecclestone se hacía con las riendas del deporte, los pilotos gestionaban la mecánica de su vehículos en aras de vencer sobre los circuitos, y los neumáticos no suponían ningún problema (bueno, alguno sí que daban, seamos sinceros, aunque muy de tarde en tarde), porque formaban parte de ese grueso de elementos secundarios que servían a conductores y monoplazas para lograr sus objetivos en pista.

La cuestión, aunque lo parezca, no es en modo alguno baladí, ya que las ruedas han ejercido de ruedas durante algo más de un siglo, y si se han convertido poco a poco en las divas del deporte ha sido porque la mecánica ha perdido terreno en favor de la aerodinámica, y si ésta ha terminado por dar la puntilla a las diferencias deseables entre vehículos, no ha sido por otra cosa que por asegurar un rendimiento económico cortoplacista que atiende más al beneficio que al espíritu deportivo.

Así las cosas, en la actualidad, con prestaciones parejas entre los diferentes monoplazas (motores casi idénticos, componentes similares, etcétera), la única manera de conseguir espectáculo sobre la pista pasa inevitablemente por implementar artilugios del tipo del DRS o introducir variables en el comportamiento de los coches, a través, cómo no, de la duración o flexibilidad de los compuestos que utilizan. En todo caso, suplantando de manera artificial lo que antaño era una cuestión de creatividad y destreza, tanto en las mesas de diseño como sobre el asfalto. 

«Le pedí a Pirelli que fabricase neumáticos que no pudiesen completar el 50% de la carrera, lo que significaría que necesitaríamos pitstops. Y eso es lo que hicieron.» Se confiesa nuestro buen pastor y nos confiesa de paso, que las prioridades de la Fórmula 1 ya no son lo que fueron, que no hacía falta aludir a Lauda pues tal vez, por el bien de espectáculo no esté lejos el día en que a los pilotos ya no se les solicite que utilicen el cerebro para ganar carreras, sino que vayan como vinieron al mundo dentro de sus habitáculos, para garantizar así el share de los cogieron. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es todo una película, la misma que vimos en el 2012. Cambiarán los neumáticos, Red Bull volverá a dominar, dirán que ganan porque son los más rápidos y los mejores, Pirelli dirá que han hecho lo que les han pedido y que no han adulterado el campeonato y Ferrari seguirá sin decir nada, absolutamente nada. Bueno sí, que tienen que seguir mejorando y que están deseando ganar el campeonato con Fernando.

Susana, un poco "harta" de los cuentos de Pirelli

GRING dijo...

¡Seguro que aumentaban el share a costa del público femenino (y alguno que otro masculino)!:).
De verdad, no creo que haya que cargar contra Pirelli, que probablemente esté empezando a pagar en ventas la publicidad negativa de su monopolio en la F1. Si a Pirelli le dicen "haz un neumático que dure toda la carrera ", lo hace sin problemas, y tan contentos.El asunto turbio nace en el igualitarismo mal entendido que rige este deporte y la necesidad de corregirlo de forma artificial, con todos los aparatitos que ya conocemos todos.