martes, 23 de octubre de 2012

Sólo puede quedar uno


Como en aquella película que se titulaba ‪Highlander‬ y que aquí fue malparida como Los Inmortales, a la primera me refiero, a la que valía realmente la pena, este campeonato que se enorgullecía a comienzos de temporada de contrar con nada menos que seis coronas para luchar por el título, se ha ido quedando sin campeones como si fuesen capas de una cebolla, una a una, uno a uno, para llegar a sus postrimerías enarbolando aquello de sólo puede quedar uno.

Siempre es y ha sido así, siempre queda uno cuando se compite sin que haga falta que jueguen famas sobre el tablero. Uno, sólo uno, es la esencia misma del deporte, de éste y de casi todos, incluso los de grupo, pues suele ser costumbre que en ellos haya alguien que destaca por encima del resto. Aunque cuando el deporte que sea tiene más de negocio que de enfrentamiento entre iguales o parecidos, los guionistas de turno suelen recurrir a magnificar el tamaño del tarro de las esencias por si el aroma de lo bueno acaso queda solapado por un verso libre cualquiera.

Mal que queramos, llevamos unos años en F1 en los que el tufillo de la sospecha termina por apesadumbrarnos, por matarnos las ganas, en una palabra. En este sentido, 2012 no podía ser tan distinto a los otros. Comenzó bien, mucho mejor que otras veces. Íbamos a vencedor distinto por carrera, la igualdad reinaba en la parrilla, o eso decían. Había sitio incluso para que Nico triunfara en Shanghai o para que Pastor ganara en Barcelona, o para que Fernando hiciera lo mismo unas semanas antes bajo la lluvia, en Malasia. Todo resultaba idílico, acaso demasiado…

Y como de costumbre, alguien insinuó a alguien que tal vez el espectáculo perfecto era mejorable, y las nubes negras de todos los años comenzaron a verse sobre las cimas de los montes que protegen el paraíso de miradas extrañas, y llegó el mayordomo del algodón y descubrió que éste comenzaba a mostrar rastros de porquería, y los que en los inicios de la sesión señalaban con el dedo a Ferrari como instigadora de que Sergio aflojara en Sepang, han empezado a mostrarse molestos porque se insinúa otra vez que el deporte podría ser sólo un negocio.

Vettel es una víctima más de este estado de cosas, como lo son Alonso, Hamilton, Button, Raikkonen o Schumacher, aunque la aureola vendelatas del alemán ganará quintales si triunfa este año que había cinco campeones más en liza, porque es él quien necesita devorar récords para que los guionistas sigan creando guiones perfectos donde reinan las sobreactuaciones; el que precisa construirse a base de hazañas que no pasan precisamente por poder ganar una maldita carrera saliendo más atrás de la tercera plaza; el que no sabe luchar por un décimo puesto con agallas y riñones cansados, como hizo hace diez días Hamilton, en Yeongam; el que no conoce, en definitiva, lo dulces que saben las séptimos y octavos puestos cuando se han probado las hieles de la derrota.

Sebastian es joven y por tanto cree todavía en la limpieza del circo y por ende de todo lo que le rodea, pero envejecerá, es inevitable, y comprenderá al cabo del tiempo que al final sólo puede quedar uno, como en Highlander, pero que tal vez ese uno no sea siempre quien realmente lo merece. Llegado a este punto, espero con todo el alma que sepa ver cuánto daño le están haciendo los que le rodean y no tienen paciencia para esperar a que como la uva madura, dé lo mejor que lleva dentro sólo cuando el tiempo aconseja la vendimia, nunca antes, porque supondría un sacrilegio.


1 comentario:

Interlagos dijo...

Mika Salo defiende que los pilotos dan por campeón a Fernando Alonso.

Hamilton: "Cuando yo gané el campeonato, no tuve tanta suerte como Sebastian ha tenido por contar con un coche tan dominador que también lo es el año siguiente".

Son sólo dos noticias que circulan ahora mismo por la red. Vettel es bueno, incluso diría que muy bueno, pero que sea el mejor ya es otra cosa.

En esta temporada, dominada por la igualdad, le hemos visto codearse con el grupo de cabeza, como uno más de ellos, pero tampoco destacando. Y aunque sea ahora cuando el Red Bull impone su ley, no podemos olvidar que lleva comandando la clasificación de constructores desde las primeras carreras.

Sólo cuando el Red Bull ha sido manifiestamente superior Vettel ha podido coger el liderato. De esta forma es lógico que surjan dudas respecto del chico que bate todos los records, ¿o es Newey?

Un abrazo!