miércoles, 15 de enero de 2020

Veneno y suerte


Sí, en cierto modo se puede decir que la suerte se ha aliado con Carlos Sáinz, y crucemos los dedos para que no intente cobrárserlo al madrileño y su navegante Lucas Cruz en las dos jornadas que quedan. 

La cancelación prematura de la prueba de hoy porque las condiciones reinantes amenazaban con arruinarla por completo, ha supuesto, a la postre, que haya fructificado la sarta de martillazos que ha propinado el español a sus inmediatos rivales Al-Attiyah y Peterhansel en los dos primeros sectores —la validación de tiempos para la general se ha correspondido con el paso por el cuarto Way Point aunque la carrera ha durado unos pocos kilómetros más antes de ser cancelada. 

Y aquí viene lo interesante, ya que el bueno de Carlos pasa tradicionalmente por ser un gafe de tomo y lomo, pero esta vez, a decir de algunos, ha gozado de mucha suerte con esto de la neutralización porque  a ese ritmo a saber lo que habría podido pasar antes de llegar a Subaytah... ¡Ya!

El caso es que el Mini John Cooper Works Buggy de nuestros compatriotas ha salido de Haradh con el cuchillo entre los dientes. 

Ayer se torcieron un poco las cosas y por la idiosincrasia de la etapa de hoy, la posibilidad de enmendar la situación pintaba calva. Sáinz y Cruz no se lo han pensado dos veces y han impuesto un ritmo vertiginoso, y es que el ritmo endemoniado ha sido el secreto porque en el Dakar aprovechas la más mínima oportunidad o ya te puedes ir olvidando. Y sí, como decía al principio, no se puede negar que la diosa Fortuna ha bendecido con su labios al de Madrid y a su compañero barcelonés, aunque también se podría decir que Peterhansel y Al-Attiyah no han sabido rentabilizar los postres de la jornada 9 porque en la 10 tocaba sufrir la cruz de la moneda, que es donde estamos la mayoría, para qué vamos a negarlo.

En fin, se ve que nunca llueve a gusto de todos...

Os leo.

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