Una de mis útimas intervenciones en el portal Diariomotor antes cesar mis labores allí como redactor F1, estuvo dedicada precisamente a la noticia del retorno del Gran Premio de México y su inclusión en el calendario 2015.
Era julio de 2014 y el texto comenzaba así: «A pesar de las bajas audiencias y la notable reducción de presencia de espectadores que están sufriendo los Grandes Premios de Fórmula 1, el negocio en su conjunto parece estar viviendo un buen momento. Así, si este año se recuperaba el Gran Premio de Austria y en unos meses asistiremos al estreno del Gran Premio de Rusia sobre el circuito de Sochi, para la próxima temporada se ha confirmado el retorno del Gran Premio de México a la máxima categoría tras una larga ausencia que ha durado 23 años...» [México retorna a la F1 (24-07-2014)].
Era julio de 2014 y el texto comenzaba así: «A pesar de las bajas audiencias y la notable reducción de presencia de espectadores que están sufriendo los Grandes Premios de Fórmula 1, el negocio en su conjunto parece estar viviendo un buen momento. Así, si este año se recuperaba el Gran Premio de Austria y en unos meses asistiremos al estreno del Gran Premio de Rusia sobre el circuito de Sochi, para la próxima temporada se ha confirmado el retorno del Gran Premio de México a la máxima categoría tras una larga ausencia que ha durado 23 años...» [México retorna a la F1 (24-07-2014)].
Bueno, han pasado seis temporadas desde entonces y cinco desde que El Hermanos Rodríguez forma parte, casi inseparable, de nuestro continuo deambular dale que dale por los circuitos de Dios. Y cinco son, también, las veces consecutivas en que México se ha hecho con el galardón The best F1 event of the year otorgado por la FIA.
La hazaña parece sencilla pero no lo es. Hay que superarse año tras año y, como ha sucedido entre la edición de la campaña pasada y ésta, resolver graves problemas y unas cuantas inclemencias económicas para poder llegar a darlo todo de nuevo. El público mexicano siempre responde, también es verdad, pero no se trata sólo de eso. Existe una esmerada puesta en escena, una cuidada simbiosis entre eventos, y un calor que sencillamente no se puede acallar.
Reducir el Gran Premio de México a unas pocas líneas es un ejercicio bastante bobo, para qué vamos a negarlo, pero me apetece escribir que, por la parte que me toca, me siento un poco partícipe de todo este sarao porque desde 2015 no he parado de alabar en Nürbu nuestra mejor carrera dentro del campeonato. Yo puedo decir misa, obviamente, pero la FIA da los premios aunque el curro fuerte se desarrolla allí desde el día siguiente a que haya finalizado la carrera y los eventos que la rodean. Meritorio, sin duda.
¡Que viva México! Os leo.
¡Que viva México! Os leo.
1 comentario:
Que viva compadre!
En realidad la afición es lo mejor en un GP en el que el circuito no es precisamente lo más destacable, aunque su altura sobre el nivel del mar haga sumamente competitivos a los RB y nos de una agradable variante entre tanta uniformidad.
En fin, este año estuvo en cuestión por el tema económico, afortunadamente todo se ha resuelto y podremos seguir disfrutando de esta espléndida carrera.
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