Avanzaba el mes de enero a la misma velocidad que nuestras ganas por disfrutar de la Rolex 24 at Daytona, y de nuevo para MotorPoint, valoraba lo sucedido durante The Roar con la vista puesta en el último fin de semana del mes, cuando definitivamente se disputarían las 24 Horas de Daytona.
A pesar del rango mediático que ha alcanzado este año en nuestro país la fase previa a la Rolex 24 at Daytona —conocida como The Roar Before The Rolex 24 o simplemente como The Roar—, no deja de ser una serie de entrenamientos, de duros entrenamientos, si me permitís decirlo así, en los cuáles, las tripulaciones de cada coche han dedicado su tiempo y esfuerzos a pulir las prestaciones del vehículo y a engrasar sus respectivos cometidos personales para que el conjunto resulte lo más competitivo posible el fin de semana del 27 al 28 de este mismo mes, instante en que se celebrará la carrera.
En este sentido, cabe recordar que la ronda clasificatoria celebrada este pasado domingo tenía su mayor interés en repartir las posiciones de los garajes en el paddock, importante en Daytona, y que se desarrolló en modo sprint, algo que conviene contextualizar adecuadamente porque para la carrera se adoptarán configuraciones mecánicas y aerodinámicas seguramente menos agresivas.
Felipe Nasr (Action Express Racing) marcaba el mejor tiempo clavando la aguja del cronómetro en un fabuloso 1’35”806 con su Cadillac DPi. Tras él, y completando las ocho primeras plazas, otros siete DPi más, a los que seguían los LMP2 más competitivos, entre los cuáles se encontraba el Ligier dorsal número 23 de United Autosports que conducía Fernando Alonso.
El tiempo conseguido por el bicampeón del mundo F1 (1’37”515) sólo permitió a su equipo ser duodécimo, lo que evidencia que la brecha entre los musculados DPi y los LMP2 sigue estando ahí a pesar del BOP (Balance Of Performance), un factor equilibrante que busca que las monturas participantes en la prueba de Florida no muestren excesivas diferencias una vez estén rodando juntas en el Daytona International Speedway.
Sea como fuere, 1’7 segundos parece mucha distancia a recortar en los días que faltan hasta que el próximo día 23 dé inicio la Rolex 24 at Daytona 2018 propiamente dicha. No obstante, todavía hay margen.
Como decíamos al inicio de este texto, lo sucedido estos días pasados han sido entrenamientos —abusando de vuestra confianza, podríamos asimilarlos a los viernes de fin de semana de Gran Premio de Fórmula 1.
Se ha intentado entender el vehículo, los neumáticos, los cambios en la pista entre el día y la noche, las diferencias entre rodar en aire limpio o en tráfico, etcétera. Además, en el caso que nos ocupa, Lando Norris, Phil Hanson y Alonso han aprendido a compenetrarse y han buscado juntos sus respectivos puntos fuertes y débiles como tripulación —enfatizando los primeros y mitigando los segundos, obviamente—, todo ello con la idea de mejorar el desempeño del conjunto.
Con la información recabada a lo largo de los kilómetros realizados, United Autosports tiene ya una idea clara de qué partes del Ligier JS P217 hay que potenciar de aquí a finales de mes, y, seguramente, tendrá sobre la mesa los primeros bocetos de estrategias y reglajes para la clasificación y la carrera.
Decíamos en nuestro anterior artículo [¿Puede ganar Alonso en Daytona?] que todo puede suceder en una prueba que dura 24 horas, a pesar de que los pronósticos no sean tan halagüeños como desearíamos todos.
En este sentido, podemos decir que Fernando Alonso, como integrante del trío que conducirá el Ligier número 23, ha hecho durante The Roar todo lo que tenía que hacer como novato, salvando la primera prueba con notable alto y situando a su equipo entre los cuatro peleones LMP2 que tratarán por todos los medios de hacer morder el polvo a los DPi, las auténticas vedettes de la Rolex 24 at Daytona.
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