La roja ha caído 1 a 5 frente a Holanda pero nada está perdido si nosotros no cejamos. Es sencillo, ellos juegan en el campo y cobran si obtienen resultados y nosotros, a cambio, empujamos por el simple orgullo de hacerlo.
Es complicado explicar todo esto, pero a este mundo, antes de que naciérais la mayoría de vosotros, se le denominaba deporte. No pasábamos de cuartos ni éramos campeones del mundo, pero la ilusión jamás marcaba la casilla de ausencia.
Cerremos filas, que es lo que toca. Una piña. Somos una piña en la victoria y en la derrota, sobre todo en la mordida de polvo, que es cuando realmente hace falta, y pensad en que Mourinho ganó este Mundial con antelación, sustituyendo en el Real Madrid a Casillas por López.
La historia se escribe con mayúsculas, pero fundamentalmente con sutilidades porque Dios perfila sus líneas torcidas sobre telas de araña inmaculadamente níveas pero igualmente pegajosas.
Mañana será otro día, la jornada en que Ferrari anunciará su retorno a Le Mans y Fernando dará el banderazo de inicio a la prueba más bella del mundo. El día y la hora en que veremos juntos si es posible que desde un apartado lugar de Gorliz, yo mismo, pongamos por caso, sea capaz de mantener el ritmo de una de las carreras más vibrantes de la historia, simplemete porque me da la real gana, por hacerlo, por llegar a meta.
Os leo.
Os leo.
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