Lo decía el otro día. De nada sirve reírle las gracias al tipo de más arriba, bajo su cáscara de exitoso tiburón de los negocios se encuentra un hombre profundamente mezquino.
La severa muestra de respeto hacia María de Villota que dispensaron a su compañera unos pilotos a los que les importaba poco si la madrileña disponía de superlicencia o no, si había hecho muchos kilómetros o pocos a bordo de un F1, al que se unió un presidente de la FIA al que le honra haberse sumado a sus hombres en un momento tan imperfecto, se vio empañada por lo sobrio de la capilla: un garaje vacío que sonaba estridente en su silencio en mitad de uno de los templos que aún nos quedan en pie, Suzuka.
La culpa, hemos sabido, tuvo su origen oficial en el desencuentro habido entre la GPDA y Bernie Ecclestone. La FOM, dicen, no consiente este tipo de cosas de rendir tributo a los héroes y está buscando la manera de multar los abucheos para que en los aledaños del paddock acabe oliendo a sacristía de la buena y todo sea perfecto. Como telón de fondo, intuyo, ese feo enfrentamiento que tiene entretenidos a la escudería donde militaba María, y al dios todopoderoso del tinglado.
Marussia ha salido revoltosa y Bernie quiere quitarla del mapa. No es nuevo. No ha pagado lo que debe y apenas sale en las carreras. Estar, está, como diría José Mota, pero si no se retransmiten sus evoluciones sobre la pista es como si no existiera, para que nos entendamos. Para colmo, además del apagón mediático que imposibilita el acceso a nuevos patrocinadores, un asedio en toda regla, la rusa es víctima de una orden de deshaucio emitida por la bruja de Blancanieves que se llevará a efecto a partir del año que viene, y por la cual, de las once escuderías en liza, sólo las 10 mejores cobrarán derechos.
Resulta curioso comprobar ahora cómo cuando Honda, BMW y Toyota tomaron las de Villadiego, al anciano le interesaba cubrir la cuota de participantes incluso con triciclos, pero ahora se ve que tras haber salvado el culo, esta gente que llegó al olor del veneno de la F1 Low Cost, literalmente sobra.
Sea como fuere, intuyo, repito, que Bernie no ha estado por la labor de hacer concesiones al enemigo, por muy pequeño que este sea o parezca, de forma que en vez de celebrarse el homenaje donde correspondía o muy cerquita, mandó a la tropa a quedar muda entre paredes vacías, supongo que emitiendo la correspondiente orden a la realización televisiva para que se cuidara de que a Jules y a Max se les viera lo mínimo e indispensable, pues con lo del coche de Bianchi carreteando hacia atrás en Nürburgring, la FOM ya ha sido suficientemente generosa por este año.
Lo dicho, el tipo de más arriba parece un tiburón blanco y a veces resulta incluso gracioso, pero cuidado con él, porque además de peligroso es mezquino.
Os leo.
3 comentarios:
Es una verdadera basura. Disfrutaría viéndole de compañero de celda del bancario Gribkowsky.Lo del garaje,de vergüenza ajena.Los pilotos,los que se juegan el pellejo cada GP,quienes hacen posible este scalextric a escala 1:1,son un cero a la izquierda.Un saludo
Pues si, es asi de mezquino.
Contaba Sid en una entrevista que cuando Bernie le convenció le presentó su primer contrato por una cantidad ajustada pero respetable. Solo que se le "olvidó" advertirle de que correría con todos los gastos, con lo que acabó palmando dinero.
"Antes había una forma natural de eliminar pilotos, ya que morían uno o dos por año" Bernie Ecclestone.
Claro que Jean no es tampoco una hermanita de la caridad.
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!
Perdón. ahí arriba me refería a Sid Watkins.
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