Twitter es una herramienta de comunicación vertiginosa. Bucear en los TL es hacer espeleología, de forma que hoy descabellas en público a Jaime Alguersuari o María de Villota, y en unos meses puedes estar dando lecciones de educación como si jamás hubieses roto un plato. Como red se me propone muy áspera. Me gusta escribir y argumentar, y los debates en Twitter me resultan imposibles de llevar porque 140 caracteres nunca me dan para tanto, de manera que sospecho que el blog es mi medio natural, que aquí nací y aquí seguramente moriré, obviamente, preso de mis palabras y mis razonamientos.
Traigo la red del pajarito a cuenta porque inevitablemente, teniendo perfil en ella, uno que es humano a veces peca y echa un rato intercambiando opiniones con los inmediatos, saludando a los amigos, haciendo nuevos y conociendo mejor a los extraños. Este fin de semana he estado allí con algo más de tiempo que de costumbre y me he vuelto a encontrar con el mismo fenómeno que hace un año ya, me llevo a quitarme silenciosamente del tuiteo: la velocidad mata el contenido.
Es una opinión personal que como he dicho antes, surge de mis propias carencias como usuario. Reconozco por tanto que a lo peor soy yo el problema y no el tuiteo, circunstancia que justificaría de sobra por qué prefiero escribir aquí y por qué allí no soy demasiado popular, que dicen, pero en todo caso, que es a lo que iba, he percibido este fin de semana que en Twitter se ha instalado la sensación de que la notoria calidad del E21 de Lotus, justifica ese aserto tan extendido que dice que Pirelli no ha perjudicado tanto con su cambios de compuestos este campeonato como afirmamos los conspiranoicos, porque la de Enstone iba bien a comienzo de temporada y parece haber asimilado correctamente la cacicada de inicios de verano a tenor de sus resultados en pista.
Por fortuna escribí a primeros de enero pasado E21 The Enstone's challenger, donde ya apuntaba a las similitudes habidas entre el E21 y el RB8, que con la aparición del RB9 nos situaba en que Lotus y Red Bull manejaban en sus diseños ideas coincidentes, o mejor dicho, para que nos entendamos, que el coche que conducen Kimi y Grosjean pretendía ser un clon del que condujeron durante 2012 Sebastian y Mark, resultando a la postre un clon del vehículo que va a convertir a Vettel en el tetracampeón más joven de la historia.
Salvando las distancias entre ambas escuderías, el paso del tiempo ha confirmado que la trayectoria del monoplaza británico y el austriaco es coincidente y ha tendido a confluir en un diseño que a día de sigue manteniendo numerosas similitudes. Morro alto y escalonado. Suspensión delantera push-rod y trasera pull-rod. Salida de los escapes en acequia sobre una carrocería que se funde con la parte superior del fondo plano, dejando a su paso un túnel que conecta el exterior del vehículo con su interior... Y además, el E21 y el RB9 van propulsados por el mismo motor Renault.
Arrogar idéntico comportamiento dinámico a ambos cacharros sería una temeridad, pero espero que resulte claro que si había un coche que podía sufrir menos con los cambios acometidos por Pirelli en sus compuestos, ese iba a ser el Lotus, ya que a su hermano mayor, el Red Bull, le han ido de cine.
Termino, que esto no es Twitter pero también tiene sus reglas en cuanto a volumen de texto. El E21 no es la prueba del algodón, sino todo lo contrario. Era cuestión de tiempo que Lotus comprendiera el nuevo formato de gomas y que pudiera extraer de él un rendimiento acorde con sus prestaciones, lo que me llevaría a emular a Paul Hembery cuando recomendaba el sábado a Fernando que preguntara a Sebastian cómo lo hace, y preguntar a mi vez por qué Milton Keynes no se puso al habla con Enstone a comienzos de temporada, en aras de solucionar los problemas del RB9 con las Pirelli.
Os leo.
1 comentario:
Me suena haber leído (en tónter, cómo no) que los de Enstone han llevado un nuevo chasis de batalla más larga para esta carrera y que eso, de algún modo, podría haber ayudado a los que llaman Lotus en llegar al podio...
@Jota_nv
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