Dicen que quedan cuatro guerras que se celebrarán desde pasado mañana
hasta que el banderazo que cierre Interlagos y la temporada sancione
que ha terminado todo; comentan que son cuatro citas ineludibles, en las
que Ferrari y Fernando van a dar el todo por el todo para enfrentarse a
ese ogro que sale en las fotos bajo los pies del tipo que señala el
cielo con el dedo índice cuando gana; pero entiendo que no conviene
amontonar los problemas y que más vale centrarse en ellos de uno en uno,
de manera que en el horizonte diamantino de la tierra que vio nacer a
Kipling, resuena en mis oídos India, sólo India.
Como tifoso doy gracias al Todopoderoso de que el primer
combate tenga lugar en un circuito que a Tilke le salió tras una noche
de farra —sabido es que los artistas dan lo mejor de sí mismos cuando
tienen la guardia baja—, porque de haber un lugar en la tierra donde
pueden suceder los milagros, sin duda se llama Buddh.
¡Milagro. He dicho milagro?, disculpadme,
quería decir otra cosa. Ando constipado y con dolor de cabeza. Mi
cuerpo, acostumbrado a las gripes bilbaínas, lleva bien lo de vivir en
Gorliz, aunque a veces, como parece ser el caso, paga caro eso de ir en
calzones cortos y chancletas a cualquier hora del día, pues aunque no
soy un chaval… ¡Qué demonios, los chavales también cogen catarros!
Chascarrillos aparte, esta mañana me he descargado el GPCast y me he encontrado con la grata sorpresa de que se me mencionaba como polémico
por insinuar que la FIA está echando una mano a Red Bull, cuestión en
la que me reafirmo, como buen portugalujo, aunque me gustaría aprovechar
esta noche para matizar que puesto que la FIA no podía saber que
Fernando iba a perder una morterada de puntos en dos carreras tontas
(Spa y Suzuka), las medidas previstas por la egregia institución para
facilitarle la vida a la austriaca, deben ser consideradas siempre y
desde todo punto, como meramente paliativas.
Otra cosa es que Adrian sea capaz de aprovechar cualquier desliz
federativo para mejorar el RB8, y que Sebastian, cuando tiene coche,
demuestre con contundencia que sabe conducirlo.
Dicho esto, las distancias insalvables de las que se han
hablado tanto, tampoco son nada del otro mundo. Nico Rosberg, en China,
le metía veinte segundos largos a Jenson Button sin que nadie se rasgara
las vestiduras ni diera la temporada por terminada; y este último le
colocaba casi catorce a Vettel en Bélgica… Vamos, que lo de Corea
tampoco fue para tanto, y si lo pareció, se debió, como he dejado
escrito en al menos una docena de veces, a la bajada de temperatura que
imprimen las Pirelli a los tíos más fogosos del mundo.
En este orden de cosas, me alegro de no haber llegado a mencionar
todavía la doble parrilla para asar chuletas que según mi humilde
opinión lleva a los costados el RB8, y que si no me fallan las cuentas
justificaría de sobra que los alternadores del monoplaza de la bebida
energética hicieran ¡pum! por sobreesfuerzo, porque de haberlo dejado escrito, mi previsible duelo con Eloy sí que sería épico (me dobla en talla y en todo lo demás).
Quiero decir con todo esto, que el RB8 ha resuelto sus problemas
endémicos (¡si no, de qué!), y aunque a mi modo de ver no resulta muy
ajustado a espíritu, es legal al 100%, lo que nos pone en que el ogro de
la historia no es Vettel, sino nuestro asturiano de oro, y que a tal
fin, Charlie y sus afines, dispusieron en verano una serie de medidas
para que el negocio no perdiera fuelle.
Bien, las medidas de marras y los accidentes de Alonso han permitido a
Red Bull volver a la pomada, pero nos queda un Hamilton que jura por
sus muertos que no se ha dado por vencido; una McLaren que contra todo
pronóstico puede no estar por la labor de perder unos millones de
dólares por replicar la estupidez que cometieron cuando el Nano militaba
en sus filas; y una Ferrari enfocada a demostrar que lleva en esto 62
años y no comercializa latas sino deportivos.
India promete lo suyo. Pirelli me temo que ha optado por endurecer
sus compuestos para satisfacer a Marko (sigue vigente mi apuesta a que
Sebastian va a una parada), Charlie ha ampliado el segundo sector de DRS
en ochenta metros por si las moscas, pero la de Maranello ya ha
respondido probando en Idiada algunas evoluciones sobre las que utilizó
mi Felipe en Yeongam. ¡Hay vida más allá de la muerte! India. India es
la suerte, la franja entre el hoy y el mañana.
¿Cabe mayor posibilidad de disfrute que ver cómo el guionista se come
los últimos folios escritos? Pues eso mismo puede empezar a ocurrir
dentro de unas horas, cuando veamos a los protagonistas de la historia
desenvolviéndose de nuevo sobre la pista, sobre un circuito como Buddh,
un lugar donde caben milagros, como que Vettel muerda el polvo.
2 comentarios:
Después de leerte tengo la moral ¡¡¡ por las nubes !!!
Los guionistas que escribieron la arenga de Mel Gibson en la batalla de Stirling de Braveheart o la de Theoden en la carga de los Rohirrim son unos aprendices comparados contigo, maestro.
Una vez mas encantado de seguirte en este blog que es punto de encuentro de gente apasionada.
¡Ese es el espíritu!.
Publicar un comentario