R.B. Confidential

Los contratos de confidencialidad son modernos y caros, pero caducan, como las hojas de algunos árboles en otoño. Imagino la escena: a un lado el responsable de Scuderia Ferrari (no, Luca di Montezemolo no, que él acostumbra a firmar personalmente los contratos de colaboración, pero no las rescisones ni los finiquitos, ni mucho menos los contratos de confidencialidad), y del otro el piloto brasileño Rubens Barrichelo. A fecha tal, reunidos tal y tal, ambas partes, de mutuo acuerdo, deciden formalizar y suscribir el presente contrato de confidencialidad, de acuerdo a las siguientes cláusulas…

Tres años han pasado desde que Rubens cerrara su etapa en Ferrari. Tres años que han caducado hace muy poco, porque los contratos se resuelven a fecha fija. Cuya duración será de tres (3) años a partir de la firma del presente contrato. Tres años que concluían mientras todavía faltaba una prueba para zanjar esta temporada, porque el G.P. de China de 2005 se celebró a 19 de octubre, y la cita de Interlagos 2008 lo ha hecho a 2 de noviembre.

El piloto en activo que mayor cantidad de grandes premios acumula a sus espaldas (268) es un hombre tranquilo, de equipo, leal, que no gusta de alteraciones o cambios bruscos e innecesarios. Así lo atestiguan sus 4 años con Jordan (1993 a 1996), sus 3 con Stewart (1997 a 1999), sus 6 con Ferrari (2000 a 2005) y los 3 últimos vinculado a Honda (2006 en BAR-Honda, y de 2007 a 2008 con la marca nipona), en una carrera que ha durado, de momento, nada menos que 16 sesiones completas.

Así las cosas, tres años y catorce días después de haber fimado el contrato de confidencialidad con Ferrari, barrunto, catorce días después de haber logrado la libertad plena para hablar de su propio pasado, intuyo, durante una fiesta privada organizada por la de Maranello para celebrar en Sao Paulo la consecución del título mundial de constructores, un Rubinho empapado en alcohol se desataba y gritaba: «Schumacher ¡maricón!», animando a la concurrencia a que se sumara a su canto de guerra. Los seis años pasados a la sombra del gran Michael habían roto la presa contractual unos días antes, sospecho, y a fecha 3 de noviembre, de madrugada, se desparramaban cauce abajo sin que nadie pudiera pararlos. Los seis años invertidos desde el silencio a la gloria del Kaiser, habían roto definitivamente amarras mientras los amigos y los desconocidos coreaban la arenga.

Decía más arriba que los contratos de confidencialidad caducan como las hojas de algunos árboles en otoño, y el que sellaba la boca de Barrichello hasta hace poco ha fallecido de muerte natural (¡Dios lo tenga en su gloria!), y lógicamente, el luctuoso acontecimiento coincide con el anuncio de unas memorias que llegan cuando tienen que llegar (no como llegaron las del hijo de Anthony Hamilton), tras 16 años de competicion, con multitud de anécdotas que contar, con 268 grandes premios que narrar, con 15 compañeros cuyas relaciones cabe desgranar, con 4 escuderías que desnudar…

Esta semana que estamos concluyendo, el leal Barrichello ha comentado que fue amenazado desde el box de Ferrari para que dejara pasar a Schumacher so pena de tener que irse a casa. No ha reclamado ningún título mundial, que yo sepa, sólo un mérito que le birlaron por el bien del equipo, y todavía hay quien vé en ello cierto velo de rencor o venganza, incluso de cobardía, cuando lo que habría que sopesar es la razón que llevó a Ferrari en 2005 a creer conveniente cerrar la boca de su segundo piloto, cuando a falta de una temporada para que venciera la relación, el brasileño dijo que se las piraba y pedía la cuenta.

Siempre he dicho que el Kaiser me ha parecido el primer campeón prefabricado. Sin quitarle un ápice de sus numerosos méritos, que los tiene, le reconozco 5 de sus 7 títulos (le quitaría el de 2000 y el de 2002), y si Michael dice que no sabía nada y Rubinho que tiene papeles que demuestran que sí que sabía, me quedo con la versión del brasileño, sin pestañear, y empiezo a dudar de la validez de algún otro título obtenido por el alemán (¿2004?), y comprendo ahora por qué Ferrari se ha tomado la molestia de sellar la memoria de Barrichello a plazo fijo, y recuerdo que McLaren extendió un contrato similar con Fernando Alonso, y que ya ha consumido uno de sus años de vigencia, lo que nos pone en que ya falta menos para que conozcamos lo que realmente se coció en el interior del equipo anglo-germano durante 2007…

Cuando Fernando hable por fin, sospecho, algún responsable de McLaren, tal vez el propio Dennis, le dirá lo mismo que ha contestado Ferrari a Rubinho: Eso hay que demostrarlo, como si un miserable contrato bastase para cegarnos a todos los ojos.