A ver cómo articulo este breve texto para que no se ofenda nadie: deportivamente hablando, Mercedes-Benz no es más grande que Ferrari en la actualidad ni lo será nunca, primero de todo porque la alemana ha jugado de trilera y jamás (en la historia reciente), ha puesto su nombre y apellidos a sus máquinas, prefiriendo fingir ser inglesa porque así se exponía menos e iba a obtener más réditos en F1.
Ni Mercedes GP (2010 a 2012), ni Mercedes AMG (2013 en adelante), han sido original by sino artefactos políticos, vamos, y aunque la prensa británica se ha encargado de que pensemos lo contrario y lo hayamos interiorizado con el transcurso del tiempo, existen líneas que no se deberían traspasar, básicamente por evitar hacer el lelo en público.
Ya que hablábamos de «primero» en el primer párrafo, vamos con el «segundo»: Brackley se puso a sumar y sumar a partir de 2014 por si los tontos del pueblo picaban el anzuelo de que las leyendas pueden ser derribadas con números [Mercedes quiere ser Ferrari], que se ve que han picado a tenor de los resultados en el reino de la gilipollez y la mediocridad: las redes sociales, pero parecerse o superar a La Scuderia, ¿de qué?
Ferrari se santificó no sólo en Fórmula 1, sino con sus victorias y derrotas en el Mundial de Resistencia, en la Targa, en la Mille Miglia, en las Guerras Clon, pariendo tecnología punta y esculturas rodantes como el 250 GTO de 1960 y 62, o convirtiendo en auténticas leyendas a Wolfgang von Trips, Niki Lauda o Gilles Villeneuve. ¿Os extraña que haya quien se sienta a día de hoy orgulloso de pertenecer al legado de la rossa? Pues que no os extrañe tanto...
Os leo.
1 comentario:
Y la Targa Florio, Nino Vaccarella, Lorenzo Bandini, Alboreto...
Ferrari es mucho Ferrari
Publicar un comentario