¿Por qué no hablamos de 2008?

2007 está teniendo bastante tirón entre los haters de Alonso. Dicen que la enorme calidad de Lewis fundió los plomos del ovetense, y podría ser, para qué vamos a negarlo aunque yo no crea en ello. En fin, aquello ya no tiene vuelta de hoja, aunque a mí me gustaría que explicasen los crédulos en la «figurita de chocolate», qué demonios le sucedió al británico en 2008 con un monoplaza, esta vez sí, que gozaba de las «ventajas» obtenidas en el spygate.

En principio, el MP4/23 era muy similar al MP4/22 de la temporada anterior. El motor era prácticamente idéntico, el Mercedes-Benz FO 108V suponía una versión ligeramente mejorada del FO 108T usado en 2007. Hamilton era líder indiscutible de la escudería de Woking y, a su lado, Ron Dennis le puso un tipo dócil como Heikki Kovalainen, que, obviamente, no iba a molestar ni aunque quisiera... del estilo de Valtteri Bottas en Mercedes AMG, para que nos entendamos.

El novato lo tenía todo para demostrar por qué unos meses antes el de Oviedo se había acojonado, un suponer, pero no, lejos de manifestar su fabulosa calidad libre de ataduras y molestas trabas, la estrella firmó una temporada ramplona como pocas. 

2008 contaba con 18 citas frente a las 17 de 2007, una más, y lo menciono para que las cuentas se entiendan mejor. Así las cosas, de una carrera en la que no logró puntuar en 2007 a pesar de la grúa que lo devolvió a pista, a la que hay que sumar el abandono en China, Lewis se cascó en 2008 cuatro pruebas sin sumar puntos, una de ellas tras arremeter contra el coche de su principal rival al título en Canadá: Kimi.

De cinco segundos puestos en 2007 pasó a tan sólo a dos en 2008. Empató los terceros cajones (tres, respectivamente), y venció en cinco ocasiones —Felipe Massa obtuvo una victoria más— por las cuatro que había conseguido en 2007. En cuanto a podios, lógicamente, la sesión anterior fue más generosa para el inglés: doce frente a los diez de 2008... a pesar de que había un fin de semana más.

Repito por si se nos había olvidado que en 2008 había una cita extra, porque, obviamente, afecta a las estadísticas y los porcentajes en la comparativa, y porque cualquier apasionadito con dos dedos de frente verá inmediatamente una alarmante bajada de rendimiento, pero no me enredo y vuelvo a lanzar la pregunta: ¿cómo es posible que el hijo del viento no fuese capaz de ratificar todo eso que se dice que demostró en 2007? Debería haber pasado sobre mi Felipe como un rodillo, pero, en cambio, sumó en total 11 puntos menos (98 ante 109) que compartiendo equipo con el español, a pesar de que hizo una pole más, cabe apuntarlo por aquello de ser rigurosos.

El título 2008 no fue para sacar pecho, lo he dicho mil veces y no me cansaré de repetirlo. Un punto de ventaja sobre un madero como el paulista no es algo para fardar, menos si se consiguió porque Toyota metía la pata con el auto de Glock y, posteriormente, la FIA no tuvo cojones de eliminar Singapur, pero sí supone un escenario sobre el que reflexionar, algo que, visto lo visto, el personal no quiere hacer ni así lo maten.

¿El fenómeno británico encalló en 2008, o ese año le faltó todo aquello que le regaló en 2007 el tipo que nació en Oviedo un 29 de julio de 1981?

Os leo.