sábado, 6 de noviembre de 2021

Comienza la magia

Bueno, sí, falta poco para que concluyan las 8 Horas de Bahrein, han terminado los terceros libres y en unas horas comenzará la clasificación para el Gran Premio de Ciudad de México, así que magia tenemos a raudales, vamos, que no podemos quejarnos, pero me apetece echar el ratito hablando de ese episodio en los fines de semana de carrera, en el que el hombre y su máquina se miden en solitario con el cronómetro y que, gracias a los sinsorgos que determinan el rumbo de nuestro deporte, quedará a partir del año que viene en un bonito recuerdo para compartir con los nietos alrededor de una fogata, en invierno a poder ser, que resulta más bucólico.

A mi modo de ver, y al de tantos, la clasificación no se debería haber tocado, pero manda el dinero y la necesidad de mejorar audiencias y satisfacer a las televisiones, etcétera, etcétera, etcétera, y el Consejo de Sabios decidió que valía la pena cargarse la tradición que convertía al piloto más rápido a una vuelta en el primero en salir de la parrilla, y este año íbamos de pruebas con el experimento, pero el próximo será casi un tercio del campeonato el que contará con una bendita sprint race...

En 2020 celebrábamos el septuagésimo aniversario de la Fórmula 1 con gran bombo y alharaca, y abundancia de bonitas palabras, pero en Liberty han tardado poco en iniciar el desguace de nuestra actividad, ya que, como con un culo no se pueden tapar varias sillas, cuando tienes a Sky Sports y los medios de tu parte resulta muy sencillo convencer al personal de que el problema no es el tamaño de las posaderas sino la escasez de sillas.
 
No busquéis sentido a mi última frase del anterior párrafo porque no lo tiene, no cuando vendes exclusividad. Cuando pretendes ser exclusivo haces ediciones pequeñas, mimas las circunstancias diferenciales y extremas el cuidado sobre la identidad y el legado.

En fin, creo que perdemos mucho con este tipo de iniciativas. Lo expliqué hace no tanto: no hacía falta cargarse el espíritu de la clasificación para intercalar un evento corto en el mismo fin de semana [Clasificando, que es gerundio], pero son ellos los que saben, los que aseguran que avanzamos saturando el calendario de pruebas [F1 de garrafón], reduciendo entrenamientos y sustituyendo las carreras que se caen o no se pueden celebrar por otras sacadas de la manga.

El caso es que hoy regalan al poleman una réplica del casco y las gafas de Juan Manuel Fangio, quien jamás disputó un Gran Premio de F1 en México, ni lo ganó, claro, pero nos hemos sacado de la chistera la Panamericana, una carrera de larga distancia en la que no corrían monoplazas y todos tan contentos.

Tenemos a Ricardo Rodríguez de la Vega, que murió en La Peraltada, que dispuso de casco, antiparras y guantes, incluso tenemos a su hermano Pedro, una leyenda en su momento. Ambos eran mexicanos, el circuito lleva ahora su nombre, parecía el momento adecuado para homenajearlos por separado o juntos, pero es preferible quemar al Chueco para quejarnos luego de que el aficionado no responde adecuadamente a la popularidad que se estima debería gozar Lewis Hamilton [La F1, sorprendida por la baja popularidad de Hamilton].

Magia, sí, magia... en nada comienza la clasificación para un Gran Premio, esta vez en Ciudad de México. Disfrutadla en lo que vale, porque van a escasear y, al paso que vamos, todo será tan distinto en 2023 que no lo reconocerá ni la madre que lo parió.

Os leo.

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