Sergio Pérez salvó con nota la exigencia de resultar imprescindible en Ciudad de México para los intereses de Red Bull [Imprescindible], sobre todo en el plano psicológico, ya que el 1-3 firmado por Milton Keynes en el Hermanos Rodríguez supuso un duro revés para las aspiraciones de Brackley y un bonito aviso para navegantes.
Había que aniquilar la delicada confianza en sí mismo de Lewis Hamilton y la partitura usada por Horner y sus chicos fue clara: donde el heptacampeón se quejaba del estado de sus gomas, Checo anunciaba que las suyas iban cada vez mejor, rutina a la que se sumó Max en un par de ocasiones, pero como había que fingir que la austriaca no iba de farol, cuando todos esperábamos que el de Guadalajara cubriera su posición ante la entrada a garajes del británico, Red Bull lo mantuvo en pista...
Cubierto por Gasly en la distancia, Sergio recuperó el tiempo perdido en el alargamiento de su primer relevo y comenzó la caza del inglés sometiéndolo a una inteligente presión desde atrás, porque, a ver, quién iba a imaginar que el mexicano había hecho una machada mantentiéndose en pista entre la 28 y la 39 con unos neumáticos que no estaban para una aventura de ese calibre.
A Lewis le avisaban por radio de que a ese ritmo Checo llegaría a él en las últimas vueltas, como así fue, pero para ese instante Red Bull ya tenía donde quería al titular del dorsal número 44, preocupado por la amenaza que devoraba terreno detrás más que centrado en intentar pillar a Max.
Valtteri Bottas conseguía la vuelta rápida y el punto extra, y Milton Keynes materializaba una fantástica estrategia que hace años podía haber rubricado la propia Brackley...
¿En serio sonó rara la alegría de Sergio en el Hermanos Rodríguez? Un tercer puesto puede parecer un saldo pequeño para el esfuerzo realizado, pero la justifican de sobra que tu escudería esté literalmente encima de Mercedes AMG, que tu compañero lidere el Mundial de Pilotos con casi con una carrera de colchón, y que tú hayas puesto tu granito de arena respondiendo con creces a la confianza que depositó en ti tu equipo. Además, Checo corría en casa y ante su público...
Os leo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario