En lo tocante a la actualidad, muchas veces se corre el riesgo de parecer que te choteas de quien no pretendes por el mero hecho de recalcar lo grotesco que resulta todo.
Podría contaros cómo discurre de lento todo cuando necesitas que vaya rápido pero pasemos página, aceptemos que la vida sigue igual, que decía Julio Iglesias, y dejémoslo en que el lunes pasado llamaba a Hamilton a las tantas, y encontrándole escribiendo un soneto a Nelson Mandela tras su éxito con el breve poema dedicado a Diana de Gales, le propuse que nos fuésemos juntos por el Casco Viejo de Bilbao, de farra, como amigotes durante una despedida de soltero...
He vuelto del despendole como hace un par de horas, me he duchado y he bajado al estudio para encender el ordenador y tomar un café de los míos, y esperando como un niño que estuviese resuelto con qué demonio de motor corremos el año que viene y dónde estará Fernando en 2018, me encuentro que el tiempo se ha detenido y si había poco ruido hace tres días, ahora resulta que hay incluso más.
Acumulo suficiente edad como para haber visto a Malcolm X en televisión...
Vale, disculpadme. Era un coño crío entonces, aunque no veo por qué no usarlo como currículum si a otros este tipo de cosillas les sirve para apuntalar su infinito apasionamiento por Senna o Schumacher y ahí no se hable más. En fin, a lo que iba. El de Nebraska dijo: «Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido», y me pregunto si sentimos prisa o nos la imponen, si ese prometido conocimiento de la verdad desvelada es en realidad tan importante como para perder tanto tiempo y consumir tantas energías. En definitiva, si no seremos la turba que armada de teas busca el molino donde se oculta el monstruo de Frankenstein para prenderle fuego con él dentro...
—Winter is here, Lewis. No sé si aguantaré que te llamen otra vez velocirráptor.
—¿Escribirás...?
—Kontuz gero! —le interrumpo—. Empiezan a pesarme demasiado el yelmo, la cota de malla, el escudo, las botas, la espada... incluso los calzoncillos. —Hacemos chin-chin con los vasos.
El divorcio entre la japonesa y la británica estaba practicamente hecho el sábado antes de acostarnos, el domingo se iba a anunciar el nuevo acuerdo. Damon Hill lo confirmó, también Rita la cantaora. Pero seguimos buscando la sandalia de Brian [Honda y la sandalia de Brian]; que a lo mejor la encontramos mañana, o pasado, o en la rueda de prensa del Gran Premio de Singapur, no digo que no...
—¿Qué te preocupa, Jose?
—Que Zak Brown no sea un tipo inteligente, que no haya calibrado las consecuencias de sus actos y que haya olvidado que el aleteo de una mariposa en Pekín puede originar una devastadora tormenta sobre Woking...
—¡El huracán Ron! Oh my god!
Que Dios nos coja confesados. Os leo.
Podría contaros cómo discurre de lento todo cuando necesitas que vaya rápido pero pasemos página, aceptemos que la vida sigue igual, que decía Julio Iglesias, y dejémoslo en que el lunes pasado llamaba a Hamilton a las tantas, y encontrándole escribiendo un soneto a Nelson Mandela tras su éxito con el breve poema dedicado a Diana de Gales, le propuse que nos fuésemos juntos por el Casco Viejo de Bilbao, de farra, como amigotes durante una despedida de soltero...
He vuelto del despendole como hace un par de horas, me he duchado y he bajado al estudio para encender el ordenador y tomar un café de los míos, y esperando como un niño que estuviese resuelto con qué demonio de motor corremos el año que viene y dónde estará Fernando en 2018, me encuentro que el tiempo se ha detenido y si había poco ruido hace tres días, ahora resulta que hay incluso más.
Acumulo suficiente edad como para haber visto a Malcolm X en televisión...
Vale, disculpadme. Era un coño crío entonces, aunque no veo por qué no usarlo como currículum si a otros este tipo de cosillas les sirve para apuntalar su infinito apasionamiento por Senna o Schumacher y ahí no se hable más. En fin, a lo que iba. El de Nebraska dijo: «Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido», y me pregunto si sentimos prisa o nos la imponen, si ese prometido conocimiento de la verdad desvelada es en realidad tan importante como para perder tanto tiempo y consumir tantas energías. En definitiva, si no seremos la turba que armada de teas busca el molino donde se oculta el monstruo de Frankenstein para prenderle fuego con él dentro...
—Winter is here, Lewis. No sé si aguantaré que te llamen otra vez velocirráptor.
—¿Escribirás...?
—Kontuz gero! —le interrumpo—. Empiezan a pesarme demasiado el yelmo, la cota de malla, el escudo, las botas, la espada... incluso los calzoncillos. —Hacemos chin-chin con los vasos.
El divorcio entre la japonesa y la británica estaba practicamente hecho el sábado antes de acostarnos, el domingo se iba a anunciar el nuevo acuerdo. Damon Hill lo confirmó, también Rita la cantaora. Pero seguimos buscando la sandalia de Brian [Honda y la sandalia de Brian]; que a lo mejor la encontramos mañana, o pasado, o en la rueda de prensa del Gran Premio de Singapur, no digo que no...
—¿Qué te preocupa, Jose?
—Que Zak Brown no sea un tipo inteligente, que no haya calibrado las consecuencias de sus actos y que haya olvidado que el aleteo de una mariposa en Pekín puede originar una devastadora tormenta sobre Woking...
—¡El huracán Ron! Oh my god!
Nos reímos y le cuento entonces que Lore y Macu, las chonis de Aída, querían triunfar en Eurovisión...
¡Un día chachis de fiesta! / Quedamos sobre las ocho.
Es la hora de la ingesta / ¡Jefe!, ¡dos calimoooooochos...!
Es la hora de la ingesta / ¡Jefe!, ¡dos calimoooooochos...!
Lore Lore, Macu Macu... / ¡Subidoooooon!
1 comentario:
Zak es el portavoz del consejo, si el consejo dice A, pues A. No creo que esa decisión la tome él por si mismo. No tiene el poder de Dennis.
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