Sabía que tarde o temprano iba a ocurrir. Tanto es así que estos días pasados he ido advirtiendo a mis amigos más cercanos de la inminente posibilidad de que apareciera por aquí alguien que me acusase de antivettelismo.
A ver, meterse en la cabeza de esta gente parece complicado aunque puede reducirse a que su única neurona responde a un estímulo: quien escribe sobre Fórmula 1, así en general, sólo lo hace para empañar la aureola del tetracampeón del mundo. Vamos que tanta molestia por entender este complicado mundillo o debatir sanamente sobre él, alberga siempre un interés tan pérfido como idiota.
El walkiniano (The Walking Dead) es subespecie carroñera del ñu [La Gran Guerra Ñu] y presenta en la actualidad dos familias bien diferenciadas: la hamiltoniana (en declive), y la vettelista (al alza), de la que estamos hablando hoy por regentar un territorio más amplio.
Las inclemencias del desierto, el poco alimento disponible y el alto consumo de energía llevando la contraria a todo Dios, originaron en su día que su cerebro mermara hasta su mínima expresión, pero como de algo había que vivir, la naturaleza obró el milagro e hizo que consumieran datos, estadísticas y comparaciones numéricas, porque así no había dudas y porque discutir sobre números da para discusiones eternas y entretenimiento asegurado.
¡¿Que Vettel es como Prost?! Normal, los dos tienen cuatro títulos, ¿no? ¡¿Que Vettel va para Fangio?! Pues también normal, ya que el de Balcarce consiste sólo en sus cinco coronas. ¿El más grande todos? Schumacher, que tiene siete... ¡Leches, a ver quién contesta a eso!
En fin, a lo que vamos. Sabía que iban a aparecer porque cada vez que me pongo a reseñar las escuderías todo va normalito hasta que cito el equipo donde milita el interfecto. De forma que si en su día hablaba del RB6, RB7, RB8 o RB9 y decía que eran putas máquinas de arrasar o se beneficiaban de ayuditas de la FIA o de Pirelli, me metía colateralmente con Sebastian porque él lo daba todo y tal, y, obviamente, me hacía acreedor de un severo correctivo público.
Como 2014 no cuenta en el currículm del alemán, la cosa de aquel año consistió en que al de Heppenheim le pasaba de todo y la mala suerte le seguía incluso al retrete... Pero bueno, Vettel aterriza en Ferrari en 2015 y lo hace ocupando el puesto que dejó libre Alonso, y el walkiniano medio entiende entonces, que si ya había suficientes razones envidiosas e insidiosas para meterse con el teutón a partir de ese instante iba a haber más —a paladas, por sintetizar—, con lo que su única neurona se hipersensibiliza a partir de ese momento.
Y aquí estamos. Yo hablo bien del SF70-H de Ferrari en cuanto lo veo, un ejemplo, allá como en febrero pasado y llevando la contraria a gurúes y especialistas, y no sucede nada, los walkinianos dormitan. Critico el W08 de Mercedes AMG a contracorriente también, y tampoco ocurre nada porque un walkiniano sin números resulta como una marioneta sin hilos.
Y el caso es que cinco meses después sigo diciendo cosas muy parecidas y los walkinianos salen de sus cuevas y empiezan que si el alonsismo, que si los alonseros, que si el antivettelismo la envidia y no sé cuántas mandangas más... Menos mal que se mueven lento y pesadote.
Estaba cantado. Iban a salir sí o sí. No falla. El walkiniano es más simple que el mecanismo de un chupete y ahora se ha hecho rosso, pero también hay que quererlo, coño.
Os leo.
4 comentarios:
Pero vamos a ver: ¿el walkiniano ahora es tifoso o simpatizante?
Es puro TROLL. Están pá tocar los memoles.
Jóse, me encantan las pelis de zombies...pero intentar hablar, razonar o cualquier cosa ligeramente humana...
No son zombies?...
Pues déjalos que muerdan!!
Todo lo que hay que saber sobre Sebastian "Bieber" Vettel se resume en una frase que, después de lo de ayer, suena como un grito deformado por el eco desde la otra punta de un largo túnel de tiempo....
"Multi 21 Seb. Multi 21."
Ese chaval se merece otro mundial como Montoro se merece que le toque la Primitiva.
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