sábado, 25 de febrero de 2017

40 años lo contemplan [Williams FW40]


De momento no se ha demostrado que la sencillez de planteamientos sea un camino erróneo para enfrentarse a la normativa 2017, y el caso es que el render de hace unos días sigue sin convencer a los expertos, a pesar de haberse puesto hasta arriba de potitos de frutas y verduras y haber sido presentado en sociedad hoy casi dispuesto a encontrar novia.

Y el caso es que el FW40 de hoy es prácticamente el mismo de hace una semana pero con aleta, y este casual ha originado que el alerón delantero, el morro y la parte central del vehículo, se hayan adaptado a la nueva circuntancia, porque a ver, la presencia de la aleta de marras ayuda a diferenciar los flujos traseros y a equilibrar la zaga en recta, pero en virado lleva a que el tren delantero se suelte un poco, produciendo subviraje.

Bien, olvidando el coño render, de delante a atrás, como siempre:

Alerón en delta, como es preceptivo, con dos cajetines de flaps en los laterales respectivos, bastante bien proporcionados y resueltos. Radomo central que oculta el espigón de impacto y, a sus lados, dos aberturas que llevarán el aire hacia los bajos del morro con dirección al boat.

La nariz es la única, de momento (ya se ha visto el Haas y sólo faltan Red Bull y Toro Rosso), que alcanza la cruz del monoplaza dibujando una forma curva pronunciada. Este hecho, la presencia del S-Duct y la inclinación del triángulo superior de las suspensiones y el diseño del panel de ventilación de frenos, nos indica que el interés está en sujetar tren anterior para favorecer la frenada y el correcto calentamiento de los neumáticos.

En principio, la presencia de la aleta posterior sólo sugiere un redimensionado de esta zona, y puesto que el vano entre ruedas es amplio, la arquitectura de las supensiones parece interferir poco en el paso del caudal delantero y los vórtices generados desde el alerón, el bargeboard se limita a organizarlos hacia abajo y los laterales, mientras que arriba, las entradas de ventilación de los pontones se enfrentan directamente al aire anterior casi como dos frenos aerodinámicos, permitiendo, por simple oposición, que el centro del coche se asiente en ese punto y aporte lo suyo en la frenada y gobernabilidad.


Los pontones son una puñetera virguería. Sin apenas zonas divisorias, se entallan mucho abajo. A partir de las aberturas van en góndola dibujando un perfil alar tan electrizante como limpio, lo que crea un canalón por el que viajará el aire hacia la parte trasera, al que se sumará el proviniente de la parte superior, una vez se derrama a la altura del comienzo del logotipo de Martini y sigue camino por arriba hacia las salidas de calor posteriores y sin interferencias volumétricas apreciables, salvo un cambio de plano, que por posición, incidiría en el posado del tren trasero. 

Los deflectores suponen una anécdota, lo que sugiere que ésa área está muy bien estudiada, y a partir de ahí, como decía antes, todo es limpieza con el foco puesto en la parte superior del fondo plano y el difusor, generando espacios muy amplios para que la alimentación de aire sea la adecuada.

A priori parece un todo abajo de libro, con una clara filosofía enfocada al cuidado de los neumáticos, a la velocidad y la respuesta tanto en recta como en curva. El FW40 da la sensación de ser un buen bicho con el que celebrar los 40 años en competición...

Os leo.

1 comentario:

Tadeo dijo...

Haciendo un juego de palabras que sirva de homenaje a Maese, descanse en paz

Saludos