Con el sugerente subtítulo: «Los años que tocamos la gloria en la Fórmula 1», el periodista Antonio Lobato nos ofrece en su libro «Volando sobre el asfalto» (Planeta, 2015), una bonita oportunidad para acercarnos a aquel instante en que España fue puesta en el mapa de la máxima diciplina del deporte del motor gracias a Fernando Alonso, obviamente desde una perspectiva personal que recuerda en algunos de sus párrafos y salvando las inevitables distancias, a las crónicas de los reporteros de guerra.
Lobato no se complica la vida. Cuenta en primera persona lo que vivió y sintió desde que le eligieron para acercar la Fórmula 1 al espectador medio de Telecinco, hasta que Alonso está a las puertas de arrancar la temporada 2007 defendiendo los colores de McLaren con dos títulos mundiales bajo el brazo...
Hasta aquí todo bien, que diría aquél. Lo malo es que el periodista asturiano levanta pasiones a uno y otro lado de la frontera friki y su libro, empapado como decía más arriba, de un pulso humano que podría hacernos pensar que se trata de una biografía, no podía hacer otra cosa desde el momento mismo de su publicación, que acrecentar las críticas sobre su persona, burdamente elaboradas por el encefalograma plano del talibanismo aficionado más radical, que le ha hecho responsable tanto de la baja calidad de la afición al motor en España como culpable de la creación del mal llamado «alonsismo».
No me voy a poner ahora a aclarar lo que supone para un periodista ser sólo periodista o convertirse en comunicador, o cómo ambas vertientes de una misma profesión, obligan a que el mensaje se adapte al público según sea el medio en que se establece la relación entre emisor y receptor.
Tampoco os voy a ocultar que Antonio me ha gustado aunque de 2012 hasta su retiro, haya llegado a cansarme. Pero es que la Fórmula 1 ya cansaba entonces —lo sé bien porque tuve que lidiar con parecido toro haciendo de redactor en Diariomotor—, y porque por mucho que lo neguemos, de aquellos lodos vinieron los barros de los silbidos a Vettel, la desaparición de algunos Grandes Premios o la evaporación de seguidores en medio mundo por liso y llano aburrimiento.
No obstante, Lobato, a quien siempre he considerado un gran comunicador, supo navegar contra corriente junto a sus equipos de colaboradores, educando y entreteniendo al público y a la vez, haciendo que los patrocinadores y las cadenas siguieran apostando por el formato de retransmisión en abierto, mientras al otro lado de las pantallas o en las redes sociales, la gente se dedicaba a escupirle como edificante manera de corresponder a su esfuerzo.
El periodista de Oviedo es consciente de ello y en este sentido, su libro quizás adolece de una excesiva carga de autojustificación, que sin embargo, intuyo que sin querer, abre la puerta a que la supuesta biografía que atiende a los años en que tocamos la gloria en la Fórmula 1, se convierta en una dura radiografía sobre los medios deportivos en España, que además explica a la perfección por qué la información que viene de Francia, Gran Bretaña o Alemania, siempre es de mejor calidad que la que elaboramos en casa.
Y es que Antonio Lobato, describiendo su incursión en el mundillo entre anécdotas e intentos de justificar sus traspiés, se mete de lleno en la parte más cochambrosa que rodea nuestro deporte: los intereses espurios, la falta de implicación de las televisiones, las zancadillas y envidias entre compañeros, y la necesidad de pasar por el aro de las escuderías o del propio Bernie.
«Volando sobre el asfalto» me parece una obra jugosa en todos los aspectos. Su lectura es amena y diría que sumamente recomendable para el aficionado de a pie, e incluso para esos frikis que siguen cazando mosquitos a cañonazos tan sólo por escuchar el ruido.
Os leo.
4 comentarios:
A mi siempre me ha gustado Lobato, no soy español, es cierto, pero como justificacion podemos decir que Lobato es amigo personal de Alonso y tal vez de ahi provenga su entusiasmo mas alla de la nacionalidad.
Como ejemplo, vaya de muestra que Alonso lo haya elegido para el video de "Mi ultima carrera en Ferrari"
Hola Jose y todos,
Yo me lo regalé el verano pasado y me gustó. Antonio siempre me ha parecido un tipo honesto, con su estilo, que puede llegar a vansar si el espectáculo no avompaña tanta pasión y tantos "guaus" pero, como bien dices, eso es más problema del espectáculo.
En fin, que me entretuvo, no como la F1.
Y lo de Ferrari es humo, nen, ójala fuera que no...
Un saludo a todos,
ABB
Es un libro entretenido pero tiene mala memoria. Dice en el capítulo de San Marino 2005 que salía Schumi con neumáticos frescos cuando ese año no había cambio de neumáticos y que narró emocionado la victoria de Alonso cuando acabó segundo... De todas maneras un libro recomendable.
Yo lo leí José pero la verdad es que si bien tiene momentos interesantes e ilustrativos, siento que me quedó a deber, esperaba más revelaciones sobre 2007 por ejemplo, esperaba más en general del libro, pero ante los títulos que existen sobre la F1 en español diría que es un libro que vale la pena leer, saludos!
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