Estoy en una edad tonta y parece que resulta irremediable que me quede como inquilino en ella. Hoy he tenido un día bastante movidito que me ha impedido zascandilear en las redes sociales, y el caso es que después de almorzar, he bajado al estudio con la ilusión a flor de piel por ver la máquina que competirá este año bajo pabellón Renault, que como sabéis, ha sido presentada al populacho este mediodía.
Se me han saltado las lágrimas, pero de la risa.
Los diseños producidos por Enstone siempre me han encadilado, y obviamente el RS16 no iba a ser menos, pues no es otra cosa que un Lotus disfrazado de Renault para la ocasión.
Bien, vale, me he dicho. La cosa no podía ser de otra manera. La Régie ha entrado muy tarde en el accionariado de la de Gerard Lopez y resultaba de todo punto lógico que el asunto no diera para más que para un pasado a limpio del proyecto de Lotus para el año que viene, pero ¡la madre que nos trujo...!
Este diciembre pasado nos daban el Premio SafetyCast al Mejor Blog de F1 en Español precisamente porque a la afición le gusta que le digan las cosas a la cara, sin medias tintas, y tras pensar qué demonios iba a escribir esta noche, he decidido que no podía ni debía, hurtaros el hecho de que por poco me caigo al suelo entre carcajadas.
La Fórmula 1 no está atravesando uno de sus mejores momentos. Los continuos parches reglamentarios y el tedio imperante en las carreras, no hacen otra cosa que expulsar aficionados tanto de los circuitos como de los televisores y pantallas de ordenador y tablets... Y resulta que hemos disfrutado hasta el momento de dos bonitas oportunidades para devolver la ilusión, que sin embargo, han resultado dos sonoros gatillazos.
Ferrari anunció que iba a presentar su coche para 2016 hace unas semanas y lo que propuso fue una especie de concurso para internautas a la espera de ver el auto. Y ahora Renault, equipo que monta un sarao para enseñarnos un monoplaza que no es el definitivo y cuya decoración tampoco es la definitiva, según las palabras de don Carlos Ghosn, y que con la maldad que me caracteriza, juraría que que ni siquiera llevaba en su interior la unidad de potencia Energy F1 2016.
¿Cabe mayor estupidez?
No me digáis que no es para tomárselo a cachondeo. Mientras a Bernie Ecclestone se le llena la boca afirmando que el negocio pasa de internet porque su público objetivo son los setentones que compran Rolex, dos de las piezas más importantes de la parrilla se inmortalizan en la red de redes tratando a los aficionados como parvulitos.
Es para reirse y me he reído, y no os lo puedo ocultar. Las cosas se hacen con estilo o totalmente desestilizadas, si me permitís el palabro. Lo que no se puede hacer nunca, es tomar a la gente por idiota.
Es comprensible, como decía más arriba, que no se haya dispuesto del tiempo necesario para completar el nuevo diseño. Incluso que todavía no se hayan cerrado los contratos con los patrocinadores y por tanto, que quede en suspenso la librea que veremos en Melbourne. Pero existe una cosa que se llama líneas generales y un montón de buenos diseñadores gráficos esperando una oportunidad para demostrar su valía, aprovechando que una carrocería ofrece sus perfiles y superficies para que alguien las decore como Dios manda.
Y si todo esto falla por imposibilidad material o por falta de previsión, queda la historia, que Renault dispone de mucha y bastante golosa, sea dicho de paso. Y los de la mercadotecnia, en vez de hacer el bobo, podrían haber presentado hoy una joyita como el Type K de 1902, con Kevin Magnussen y Jolyon Palmer disfradazos de época y Carmen Jordá vestida de Adèle Blanc-Sec... Don Carlos Ghosn habría soltado el mismo discurso y nos habríamos reído igualmente, pero todo habría resultado atractivo y sobre todo, natural.
Os leo.
1 comentario:
¡Yo me hubiera apuntado a tu sugerencia!. Lo que más me ha hecho reir es la seriedad con que las redes (sus usuarios, quiero decir)se están tomando esta absurda tomadura de pelo a los aficionados, mientras los de MotoGP ya están rodando...
Un saludo!
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